Watergate podría volver reubicándose en el antiguo espacio de SchwuZ
La Senadora de Cultura de Berlín defiende que el legado de SchwuZ debe mantenerse y señala a Watergate como posible nuevo operador del recinto
Berlín vuelve a mirar hacia sus espacios más emblemáticos para intentar preservar parte de su vida nocturna. Tras el cierre definitivo de SchwuZ a principios de noviembre, la Senadora de Cultura, Sarah Wedl-Wilson, ha señalado a Watergate como posible nuevo operador del espacio que durante décadas ocupó el club queer más antiguo de la ciudad, ubicado dentro del complejo KINDL Brauerei en Neukölln.
La propuesta surgió durante una reciente sesión del comité de asuntos culturales, en la que se abordó el futuro del recinto tras la desaparición de SchwuZ. Wedl-Wilson defendió que el club, con 50 años de historia, debe ser considerado una institución cultural por su papel pionero en la comunidad queer berlinesa. Por ello, argumentó que un espacio más pequeño debería tomar el relevo para mantener viva su función social y cultural.
Entre las opciones mencionadas, la Senadora apuntó a Watergate, uno de los clubes más influyentes de la ciudad hasta su cierre a finales de 2024. La sala, situada junto al Spree, no pudo hacer frente al incremento de costes operativos, la subida del alquiler y el impacto de la crisis energética. Su cofundador, Ulrich Wombacher, ya había reconocido en verano que la presión económica había hecho insostenible la continuidad del proyecto.
SchwuZ atravesó una situación similar. En julio presentó una solicitud de insolvencia y alertó de un déficit mensual de entre 30.000 y 60.000 euros desde comienzos de año. La caída de ingresos, los recortes de personal y los cambios estructurales no fueron suficientes para revertir la situación, anunciando su cierre definitivo a principios de noviembre.
Mientras tanto, Watergate había intentado mantener presencia en la escena con su serie de eventos open air durante el verano bajo el nombre “Watergate Open Air (DON’T STOP THE DANCE)”.
La posibilidad de que el club renazca en el antiguo hogar de SchwuZ abre un nuevo capítulo para ambos nombres históricos en un momento especialmente delicado para la vida nocturna de Berlín, marcada por el incremento de gastos, la competencia de nuevos formatos y la presión inmobiliaria sobre los espacios culturales.
