Entrevistamos a Stefano Andriezzi
"Buenos Aires me dio 14 años de escuela de vida y música, dentro de una escena muy comprometida. Allí encontré mi amor y pasión por esto, aprendí a profesionalizarme y a crecer como persona y como artista."

De Venezuela a Argentina, y de ahí a Barcelona Stefano Andriezzi ha recorrido un camino marcado por la música, la pista y el deseo de conectar culturas. DJ, productor, fundador de Island Beats y parte activa de colectivos como tINI and the gang, su trayectoria refleja esa mezcla de raíces latinas, aprendizaje en la escena porteña y expansión en Europa. Charlamos con él sobre sus inicios, la importancia del vinilo, el rol de Latinoamérica en el circuito global y lo que está por venir en su carrera.
De Barquisimeto a Buenos Aires y ahora Barcelona. ¿Cómo han marcado estos lugares tu manera de entender la música y la pista?
Barquisimeto fue el lugar donde nació mi curiosidad musical. Crecí rodeado de ritmos latinos y folklore; mi ciudad es la capital musical de Venezuela, y también el hogar de gente increíble que me marcó para siempre. Buenos Aires me dio 14 años de escuela de vida y música, dentro de una escena muy comprometida. Allí encontré mi amor y pasión por esto, aprendí a profesionalizarme y a crecer como persona y como artista. Hoy Barcelona es mi base en Europa: un lugar que me conecta con el circuito internacional y me permite expandir mis proyectos. Cada ciudad me enseñó, y me sigue enseñando, a leer la pista. Cada lugar y público es diferente, y eso lo hace especial. Cuando se conecta con el público sucede algo mágico que es difícil de explicar.
Cuando fundaste Island Beats en 2014, ¿qué hueco querías llenar en la escena? Y, ¿cómo ha evolucionado el sello hasta hoy?
Cuando lancé Island Beats junto con mis amigos Waldemar y Bernardo, lo hicimos con la intención de abrir un espacio para artistas emergentes de Latinoamérica, especialmente de Argentina, que no tenían fácil acceso a los sellos y donde editar era muy complejo. Queríamos ser un puente para que esa energía local pudiera viajar más lejos. Con el tiempo, el sello creció y se transformó en un colectivo. Hoy, con base en Barcelona y Caracas, y siempre con raíces en Buenos Aires, sigue siendo una plataforma que conecta y apoya tanto a talentos emergentes como consolidados.
En 22 Recordings trabajas como A&R. ¿Qué es lo que más te atrae a la hora de fichar o dar feedback a un artista?
Siempre es un trabajo en equipo, junto a Marine y Cruz (dueños del sello y grandes amigos). Lo que más nos atrae es la autenticidad. Cuando un artista tiene un sonido propio y original, aunque esté en desarrollo, eso me inspira. A la hora de dar feedback me gusta acompañar el proceso y aportar a lo que ya existe, en lugar de imponer un camino. Para mí un A&R es más un guía que un juez.

Formar parte de tINI and the gang implica estar dentro de un colectivo muy definido. ¿Qué te ha aportado a nivel artístico y personal?
Ha sido una experiencia muy divertida. tINI and the gang es una familia que pone la música y la conexión humana por delante. Estar rodeado de personas y artistas tan talentosos me inspira a exigirme más y me abre nuevas perspectivas sobre cómo compartir mi trabajo. A nivel personal me dio la oportunidad de conocer gente increíble, y a nivel artístico, una plataforma para seguir creciendo y expandiendo lo que hacemos.
¿Cómo es tu proceso creativo en el estudio? ¿Hay algo que nunca falta cuando te sientas a producir?
Soy muy simple a la hora de sentarme a producir. Siempre arranco con alguna melodía, ya sea a partir de una idea, un sample o directamente experimentando diferentes métodos. La percusión es la base fundamental de todo lo que hago: intento que sea dinámica, inteligente y contundente. A partir de ahí voy construyendo loops y líneas de bajo que le den alma al track. Algo que nunca falta es la búsqueda de nuevos plugins o herramientas de secuencias, y escuchar mucha música que estimule la creatividad. También necesito sentirme cómodo en el espacio: orden, concentración y mucha curiosidad.
Venezuela, Argentina y España: tres escenas con energías distintas. ¿Qué destacarías de cada una y qué crees que tienen en común?
De Venezuela destaco la perseverancia y la improvisación; de Argentina, la intensidad y la fidelidad, así como la energía de su público, que es único en mi humilde opinión; y de España, su historia como pilar fundamental en la música electrónica y su conexión con el circuito internacional. Creo que tienen en común el amor por la música y ese deseo de crecimiento constante.
¿Qué papel crees que tiene hoy Latinoamérica dentro del circuito europeo de electrónica?
Latinoamérica está siendo clave. Cada vez más artistas de la región son reconocidos en Europa, y las escenas locales están influyendo en la forma en que se entiende la música aquí. Hay frescura, compromiso y mucha pasión. Creo que el puente cultural existía en años anteriores, pero ahora está comenzando a consolidarse y será aún más fuerte en los próximos años.
Estás trabajando en sellos en formato vinilo, ¿qué significa para ti este formato en un mundo tan digital?
El vinilo para mí es una forma de resistencia y de respeto a la música. Es un formato que obliga a escuchar de otra manera y a darle más valor. En un mundo donde todo pasa rápido, el vinilo representa permanencia, algo que se colecciona y se cuida. También tiene una conexión única con el DJ al poder manipularlo, lo que lo hace muy especial. Por eso siento que el formato nunca muere: al contrario, creo que está en un gran momento y lejos de desaparecer.
Tienes nueva música en camino. ¿Qué puedes adelantar sobre esos lanzamientos?
Vienen varios EPs, tanto en formato solo como en compilados (VA), que muestran diferentes facetas que vengo desarrollando últimamente. Por nombrar algunos: se viene un disco en 22 Recordings y un VA en The Gang Records, donde participo con un track. También estoy preparando un EP para el sello Días de Campo, entre otros proyectos que saldrán en 2026. Estoy muy contento con el proceso.
¿Qué artistas o estilos ajenos a la electrónica te inspiran?
Crecí escuchando mucha variedad de música, pero si tengo que nombrar a un artista que me acompaña desde toda mi vida, ese sería Gustavo Cerati. Hasta el día de hoy sigo sorprendiéndome e inspirándome con él. Me gusta mucho el rock alternativo y el synth pop latinoamericano. También algunos sonidos latinos como la salsa y el merengue, que me conectan con mis raíces. Escucho música de muchos géneros y también experimental, donde encuentro nuevas ideas para mis producciones.
Viajar y producir música exige mucho, ¿cómo encuentras el equilibrio entre tu vida personal y la artística?
No siempre es fácil, pero aprendí a poner límites y a escucharme. Necesito momentos de desconexión, de estar con mi gente o simplemente dedicar tiempo a mi bienestar personal. También me ayuda tener rutinas y organizar mis días. Ese balance es lo que me permite rendir en el estudio y en la cabina.
¿Qué se viene en los próximos meses?
Tengo varios viajes programados, entre ellos Italia, Bulgaria y, después de dos años, volver a Argentina, algo que me ilusiona mucho por la conexión que tengo con esa escena y por reencontrarme con mi gente. También nuevos lanzamientos en sellos que respeto y, por supuesto, el desarrollo de mi propio sello y la creación de uno nuevo que verá la luz en 2026. El objetivo es seguir expandiendo mi música, conectar con más gente y mantenerme fiel a mis raíces.
