#IndustriaSostenible | UN PLANETA MÁS SOSTENIBLE, A GOLPE DE BOMBO
Si alguna vez te has preguntado qué puedes hacer como artista para dejar una huella inolvidable y crear un impacto positivo en el planeta... aquí tienes una respuesta: Blue Rider.
Hace ya más de una década tuve la maravillosa suerte de trabajar dentro del departamento de producción de la legendaria discoteca Space Ibiza. Por aquel entonces, Space, era la crême de la crême de la música electrónica. Cada año ganaba el premio a mejor club, y todos los artistas se disputaban el poder tocar allí. Casi nada.
Por aquel humilde escritorio pasaban los riders técnicos de más de mil artistas cada verano. Desde los más legendarios (casi diría “históricos”), a los locales de Ibiza, pasando por muchos jóvenes que empezaban su carrera en el mundo de la música, y hoy ya son superestrellas.
En esos tiempos, si te considerabas un DJ de prestigio tenías que tocar en Space Ibiza; y si lo hacías, tu rider acababa en mi mesa.
Para un chaval joven, adicto a la música electrónica y melómano perdido, (como era yo en esa época), recibir un rider era descubrir las entrañas de algunos de mis artistas favoritos, y aprender qué instrumentos utilizaban para crear la magia que después podía sentir en la pista de baile. Era como descubrir parte de su identidad sin conocerlos.
Era un momento de contrastes. Empezaba la digitalización de muchos de los artistas y, a su vez, de muchos de los sonidos. Algunos artistas empezaban a incorporar diferentes máquinas digitales, que junto a Ableton, dieron paso a lo que luego fueron auténticos “LIVES” 100% digitalizados.
Otros, por contra, seguían pidiendo los clásicos vinilos con esas agujas especiales que hacían que su sonido retumbara en los equipos como ningún otro.
Dentro de los riders, además de la información técnica, algunas veces podías encontrar muchas otras secciones. Los riders de los artistas más grandes venían con un montón de páginas de contrato con detalles sobre la promoción o, incluso, sobre qué consecuencias podría tener el no poner los equipos adecuados (entre otras).
Otros incluían una serie de especificaciones sobre sus necesidades de hospitality, que en ocasiones eran de lo más pintorescas. Desde lo más común, como la típica bebida que querían durante la actuación, hasta los casos más extremos en los que nos indicaban cómo tenían que ser las sábanas de su hotel.
Llegué a ver cosas muy pintorescas…. “3x Cazoncillos negros tipo short de la talla L” …. “1x tarta” o “1x barca hinchable” …. “1x curry rojo muy picante del restaurante XXXX” …. Y así podría seguir un largo rato, pero igual el artículo acabaría pareciendo una lista de la compra de un todo a 100.
El caso es que, si algo aprendí de ver tantos riders, es que el rider representa la Identidad del artista.
De la misma manera que su equipamiento técnico representa en gran medida el cáliz de su sonido, el conjunto de su rider representa quién es para todos esos promotores de eventos que aún no le conocen, o que quizás no tengan ni la oportunidad de hacerlo, en persona.
Muchos de nosotros sabemos más sobre los artistas por sus riders, que por las cortas conversaciones que hemos podido tener antes o después de sus shows.
De ahí la importancia de lo que muestras en tu rider. Al final, es tu carta de presentación, tu tarjeta para todas esas personas que se encargan de contratarte o de preparar tu show.
Algunos años después, desde la ONG Oceanic Global lanzamos el proyecto “The Oceanic Standard”. Unas guías para ayudar a diferentes industrias en su camino de transformación hacia la sostenibilidad. Dentro de este proyecto, creamos una edición especial para la Industria de la Música.
Una guía de buenas prácticas para promotores de eventos, productores, y organizadores de festivales para implementar procesos sostenibles, donde no solo se detalla qué elementos de plástico de un solo uso eliminar, si no cómo reducir o compensar el CO2, o cómo aprender a rentabilizar y comunicar las estrategias de sostenibilidad.
Dentro de esta guía, decidimos crear un página (literalmente, un “one-pager”) para que todos y cada uno de los artistas comprometidos con la sostenibilidad y con el planeta, tuvieran la oportunidad de añadir a su rider, para así ser una voz más y utilizar su fuerza para poder hacer la industria de los eventos una industria más sostenible.
Porque no nos olvidemos que, si hay algo que realmente pueda “mover montañas”, es la música. La música tiene el poder de conectarnos e inspirarnos. De alinearnos y dejar de lado nuestras diferencias para vibrar sobre una línea de bajo que nos une y nos guía en cada paso.
Muchos artistas llegan a ser nuevos mesías que no sólo guían las nuevas tendencias del sonido, sino que también nos inspiran mostrándonos una forma de vida y unos valores que para muchos se convierten en auténticos credos.
Este “Blue Rider”, es un documento y un recurso gratuito que cualquier artista puede descargar en formato PDF desde la web de Oceanic y añadir al final de su propio rider. También puedes verlo a continuación.
En él, no solo se expresa el compromiso con la causa, sino que se solicita al promotor eliminar los diferentes tipos de plásticos de un solo uso más comúnmente utilizados en todas y cada una de las zonas de los eventos: backstage, green room, cabina, y escenario.
Algunos de esos materiales, que bien pueden ser sustituidos por otros reutilizables o sostenibles, van desde las pajitas, vasos, botellas de agua de plástico, bolsas, posavasos (si, aunque no lo parezca, llevan un laminado de plástico), platos, cubiertos o vasos de café, entre otros.
Aunque no lo creáis, la industria de los eventos es una de las más contaminantes que existen. No tanto por la cantidad, sino por la proporción. Durante una sola noche de un festival se pueden generar cientos de toneladas de plásticos de un solo uso que difícilmente serán recicladas…
Solo en Inglaterra, se estima que la industria de la música es responsable de generar más de 540.000 toneladas de Co2 cada año y de crear 23.500 toneladas de basura.
Se calcula que más 250.000 tiendas de campaña son desechadas cada año solo en festivales, donde anualmente se consumen en torno a 10 millones de botellas de plástico de agua, insisto, solo en Inglaterra. Además, en muchos de nuestros destinos favoritos, no existe una buena industria del reciclaje, cómo puede ser por ejemplo Ibiza o Tulum, entre otros.
Vivimos la era de la conciencia, donde muchos de nosotros buscamos poder aportar nuestro granito de arena. Cada uno en su medida, pero ya todos (o casi todos) somos conscientes de los problemas medioambientales a los que nos estamos enfrentando. Desgraciadamente ya no existe ninguna playa en el mundo en la que no podamos encontrar plástico. Es más, lo más habitual es que en nuestras playas favoritas abunden más que en ningún otro lugar.
Por eso, hoy, como artistas, tenemos un recurso que añadir a nuestros riders. Un recurso que no solo le da forma a nuestra identidad delante de los promotores de eventos, si no que crea un impacto positivo en ellos, impulsándoles a crear un evento sostenible.Porque para divertirnos, disfrutar de la música y de lo que más amamos, no necesitamos destruir el planeta a nuestro paso.
El Blue Rider, se estrenó oficialmente en el Festival Glastonbury, en 2019, uno de los mayores y más míticos festivales de Europa.
Desde entonces, muchos artistas ya han implementado el Blue Rider en sus contratos, y algunas agencias como UROK Management o Whisper Not Agency, lo han implementado para todo su rooster.
Hoy existe un sencillo documento, el Blue Rider, que te permite apoyar y ayudar a que la industria de la música avance para convertirse en una industria más sostenible, a golpe de bombo.
Alex Dakov ( Foto Yessi Cortés)
Accede a más información y/o descargarte diferentes recursos en: www.oceanic.global