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Hello Plataformas!

¿Puede el streaming sostener la industria musical durante la pandemia?

  • Patricia Pareja Casalí
  • 3 November 2020

No me gustaría entrar en tecnicismos ni fórmulas matemáticas a la hora de definir el concepto de “streaming”, pero claro está que merece una buena definición antes de disponernos a hurgar en sus entrañas.

Así bien, ¿a qué nos referimos cuando hablamos del “streaming”? Hacemos referencia a un ‘streaming’ cuando se sucede una transmisión de archivos de audio y vídeo en un flujo continuo a través de una conexión a internet, sea esta inalámbrica o no. Hablamos, más concretamente, de cualquier contenido de medios -ya sea en vivo o grabado-, que se pueda disfrutar en dispositivos móviles, ordenadores, tablets o TV en tiempo real. Los podcasts, webcasts, la emisión de películas o programas en plataformas audiovisuales y los vídeos musicales son tipos comunes de contenido en streaming.

En lo que a música se refiere, la aparición de dichas plataformas de streaming han supuesto el declive de la venta física. No en vano, hace ya varios años que, como usuarios, pasamos de depender de las tiendas físicas para escuchar la música que más nos gustaba a poder disfrutarla en casa en cualquier momento con tan solo un click y, en algunos casos, sin pagar ni medio céntimo.

Casi sin darnos cuenta, hemos ido migrando a las plataformas hasta tal punto que, analizando las cifras globales actuales, observamos que el formato digital ha crecido gradualmente hasta en un 93% en los últimos tiempos, del cual, un 85% se da en servicios de streaming. Y es que, ¿quién de nosotros continúa yendo a la tienda de discos a comprar el álbum? Eso ha quedado para melómanos, coleccionistas y amantes de los vinilos, quizás.

Pero esto no es nada nuevo sino que hace ya varios años que se inició dicha transición en nuestro país, siendo el año 2014 un año clave, pues marcó un antes y un después en los porcentajes de ventas. A partir de entonces las ventas digitales empezaron a superar con creces a las ventas físicas y nunca han dejado de crecer, convirtiéndose así en el principal formato de venta actual.

Fuente: es.statista.es

Esta estadística expone el valor de las ventas de la música digital y física grabada en España entre 2001 y 2019. La facturación musical fue de 223,5 millones de euros (49,5 millones más que el año anterior).

No hay discusión: la música digital es la abeja reina hoy en día. Lo que no está tan claro en este nuevo escenario es que quienes hacen posible dicha música, es decir, sus creadores, - los artistas- , consigan una rentabilidad justa por su trabajo pese a escucharles masivamente en estas las plataformas. Pensémoslo detenidamente, tenemos su música a nuestro alcance sin apenas pagar por ella -o pagando muy poco-, entonces, ¿qué beneficios sacan los artistas ahora? ¿qué tanto por ciento se llevan los músicos de nuestras pequeñas cuotas en estas plataformas? ¿cuánto les paga cada plataforma por reproducción? ¿cómo de rentable es el streaming? ¿puede sostenerse así la industria musical en tiempos de pandemia?

Sin duda todas estas preguntas necesitan una respuesta urgente. Los streamings han sabido dominar de manera excelente nuestra manera de escuchar música, pero no está tan claro que hayan conseguido ser rentables para el artista. Y en un momento de crisis como el que nos ha tocado vivir a consecuencia de la pandemia, la discusión sobre la rentabilidad o no del streaming ha cogido más fuerza que nunca.

Pero antes de sumergirnos en un análisis más detallado de lo que consigue -o no- monetizar cada plataforma, echemos un vistazo a las diferencias entre las plataformas de streaming ya que, ¡sorpresa! no son pocas y cada una tiene sus ventajas, sus desventajas, su precio y su capacidad de adaptarse a nuestras preferencias.

¿QUÉ PLATAFORMAS DE STREAMING MUSICAL FUNCIONAN MEJOR EN NUESTRO PAÍS?

España es uno de los países líderes en eventos musicales, festivales, clubes de referencia, artistas,… En definitiva, en todo lo relacionado con la música. En este contexto, ¿cómo es nuestro consumo musical en las plataformas de streaming?

Fácilmente accesibles desde cualquier dispositivo, en general, las plataformas de streaming de música son tan baratas que algunas, como Spotify o Soundcloud, son incluso gratuitas. Además, se han hecho con el control de nuestra biblioteca musical, conocen nuestros gustos, nos ofrecen diversas listas de reproducción y los repertorios de muchas de ellas superan ya los 40 millones de canciones. Pero ¿sabes cuáles son las que mejor funcionan en nuestro país?. Te las presentamos aquí, seguro que encuentras y reconoces tu favorita.

SPOTIFY: La favorita

Es el servicio de música bajo demanda de referencia. Con 271 millones de usuarios activos mensuales, cerró el primer trimestre del año con 124 millones de estos usuarios de pago. Y es que, si hay alguna plataforma de música que nos suene prácticamente a todos es, sin duda, Spotify.

¿Ventajas?

Es facilísima de usar, funciona en diversos dispositivos y tiene un catálogo de 35 millones de canciones. Y puedes probarlo gratis.

Su servicio gratuito nos permite acceso a parte de su catálogo mediante playlists a cambio de unos cuantos anuncios publicitarios entre canción y canción. Además, pone a disposición de los usuarios varias emisoras basadas en sus gustos personales (canciones, artistas, estilos,…), pero también emisoras propias presentadas por artistas con los que ha firmado contratos de exclusividad.

Gracias a servicios elaborados a partir de tus hábitos de escucha, como el Descubrimiento Semanal y/o New Music Friday, es muy posible que encuentres a tu nueva banda o artista favorito/a.

¿Desventajas?

Si no estás dispuesto a gastarte dinero en la versión Premium, debes saber que Spotify tiene su versión free nutrida de sponsors que te avasallan entre canción y canción, así que si no está en tus planes aguantar tanto anuncio, la opción de pago es la única solución. Además, la gratuita no siempre te permite acceder al track que buscas directamente y la opción de escuchar tu música offline tan sólo es posible en la Premium.

APPLE MUSIC: Para los amantes de la manzana mordida

Apple Music es, en resumidas cuentas, el servicio de música en streaming del mismísimo y venerado Apple. Como todos, también aspira a quitarle el trono a Spotify.

Nació en 2015 y en apenas 5 años ya sigue muy de cerca a la plataforma sueca, consiguiendo superarla en repertorio y contenido exclusivo.

¿Ventajas?

Cuenta con hasta 70 millones de canciones y servicios exclusivos de artistas. Su perfecta integración con iOS y MacOs combina tu biblioteca de iTunes con música que no has comprado pero que completa lo que puedes reproducir.

También permite escuchar tu música offline y su capacidad de almacenar alcanza hasta las 100.000 canciones, mientras que Spotify sólo permite descargar 9.999 canciones.

¿Desventajas?

Como era de esperar, al tratarse de una app para iOS no es tan fluida en dispositivos Android. Por otra parte, es una plataforma de pago y no hay opción de acceder de manera gratuita.

AMAZON MUSIC UNLIMITED: La mejor valorada

Hija del mismísimo Amazon y nacida en 2007, Amazon Music Unlimited es una plataforma de retransmisión de música y tienda online. Si eres suscriptor de Amazon Prime, Amazon Music será el servicio más barato para ti y obtendrás hasta 2 millones de pistas de manera gratuita.

¿Ventajas?

Tiene ni más ni menos que un catálogo con más de 60 millones de canciones, playlists, emisoras y la opción de descargar temas sin anuncios ni conexión a Internet. Y si eres miembro de Amazon, puedes disfrutar de descuento en tu suscripción.

Amazon Music tan solo necesita unos pocos días para conocer al dedillo tus gustos musicales mejor que tú y te ofrece la posibilidad de escucharla offline cuando más te apetezca.

El inteligente algoritmo de sugerencias de Amazon Music, además, se nutre -en parte- del historial de tus compras en Amazon y de tu rastro por internet, por lo que te recomendará temas o artistas relacionados con la huella de tus búsquedas, ¡casi nada!

¿Desventajas?

No existe versión gratis, es de pago. Además, el perfil de los artistas no está demasiado definido.

YOUTUBE MUSIC & YOUTUBE PREMIUM: El pionero

De la mano del mundialmente conocido YouTube, YouTube Music y YouTube Premium son unas opciones interesantes para miles de usuarios que buscan disfrutar de sus canciones favoritas mediante listas de reproducción.

¿Ventajas?

Ofrece contenido disponible en YouTube, incluidas remezclas, covers y cualquier videoclip que se nos antoje, entrevista o vídeo en directo. Dispone de una herramienta inteligente que, con tan solo escribir una frase de la canción, es capaz de encontrar la pista que andas buscando.

¿Desventajas?

Existe un alto porcentaje de contenido en YouTube que no es oficial y está disponible por defecto en YouTube music. Desde una perspectiva legal, el hecho de que en la plataforma haya música no no oficial, puede presentar problemas a la larga.

La diferencia primordial entre la cuenta de YouTube Music y la de YouTube Premium es que, además de todas las ventajas que conlleva la Music, la Premium elimina los anuncios y posibilita las descargas offline.

TIDAL: La más rentable (para los artistas)

TIDAL apareció en 2014 y es otra gran plataforma de música en streaming con un único acceso mediante suscripción, liderada por artistas y con audio de alta calidad. Dentro del mercado de la música en streaming, es la que más paga a los artistas.

¿Ventajas?

Para aquellos que prioricen la calidad de audio y videos musicales por encima de cualquier cosa, TIDAL es la mejor opción. Presume de una impecable calidad de audio y vídeo incluyendo livestream de conciertos. Los artistas la controlan (su dueño es el mismísimo Jay-Z) y gracias a esta plataforma disfrutarás de una buena dosis de contenido exclusivo con hasta más de 50 millones de canciones y un catálogo con 207.000 vídeos musicales en HD.

¿Desventajas?

No es tan sencillo de usar como las plataformas de la competencia. Además, su servicio de “Descubrimiento de música” no está tan desarrollado como el de Spotify y su interfaz muestra errores frecuentes. TIDAL es ideal para aquellos usuarios con equipos de sonido Hi-Fi.

Existen dos opciones de pago: la Premium o la HiFi (High Fidelity / Alta Fidelidad). La Premium está enfocada al usuario que busca calidad de sonido, pero si eres un auténtico apasionado del sonido tendrás que pagar más por la HiFi y contar con un equipo de alta resolución para poder sacarle el máximo partido a la cuenta.

SOUNDCLOUD: Para los exploradores

Llegamos a nuestra bien conocida plataforma, SoundCloud, la nubecita sobre el fondo naranja, que -más que una plataforma de distribución de música en línea- es una red social para artistas.

Creada en 2007, cuenta con más de 200 millones de usuarios activos por mes y un gran número de artistas que suben constantemente sus mejores canciones. Es un lugar fantástico para los fans de la música independiente y para aquellas personas que, más allá de querer una biblioteca inteligente que les seleccione música afín a sus gustos, optan por investigar y encontrar nuevos artistas.

Bajo el lema “no se trata solo de lo que recibes, sino de lo que das”, mediante la suscripción a Soundcloud Go+ la plataforma ha activado una opción en la plataforma con la que puedes apoyar económicamente a los miles de artistas que tratan de desarrollar su carrera en SoundCloud.

¿Ventajas?

Además de escuchar tu música favorita también podrás interactuar con el resto de usuarios. Además, Soundcloud puede presumir de ser una de las bibliotecas con más variedad online, con hasta más de 150 millones de pistas creadas por los propios usuarios. Y, adivina… ¡es totalmente gratuita!

No solo te permite subir tracks sueltos, sino también sets enteros.

¿Desventajas?

Ahora que existe una versión Premium, si no pagas tendrás que aceptar algunos anuncios entre canción y canción.

Está dirigida a un público muy concreto: al que le gusta indagar.

…y llegamos al quid de la cuestión.

Una vez hemos visto las particularidades y precios de las plataformas de streaming de música que mejor funcionan en nuestro país, si cogiéramos el plan más económico que cuesta una media de 9,99€ mensuales: ¿qué tanto por ciento le llega al artista de esos 10 euros raspados que pagamos?

Antes de contestar a esa pregunta, veamos cómo es el reparto entre sellos, artistas y editoriales. Podemos adelantar que es de todo menos justo.Según un estudio basado en el consumo de música en streaming (extraído del artículo “Streaming, ¿Cómo se reparten los beneficios? de promocionmusical.es), por parte de ADAMI, la sociedad francesa de artistas intérpretes o ejecutantes cuyo equivalente en España es AIE; de los 9,99€ que pagamos a la plataforma por nuestra suscripción mensual, el artista recibe muy, pero que muy poco. ¿Cuánto? Lo vemos en detalle a continuación.

Fuente: promociónmusical.es

Es decir, que el reparto de nuestros 9,99€ se resume en que 2,08€ van a la plataforma de streaming (20,8%), un 1,67€ de IVA para el estado (16,7%) y los 6,25€ restantes a los poseedores de los derechos como los de distribución o de autoría.

De estos últimos 6,25€, 4,56€ (73.1%) van a los sellos discográficos, 1€ va destinado a las sociedades de gestión colectiva (SGAE en España, GEMA en Alemania,) para que paguen a los compositores y autores, así como a las editoriales. Y los últimos 0.68€ van a los intérpretes en general.

En conclusión: el artista se lleva una parte proporcional de ese 1€ y una parte proporcional de ese 0,68€. Lo que, en resumidas cuentas, es nada y menos.

Dejando claro que los artistas no van a vivir de lo poco que los usuarios Premium pagamos por la plataforma,… ¿puede mantenerse la industria musical durante la pandemia con lo que les paga la plataforma por reproducción? Analicemos el contexto para saberlo.

EL STREAMING: IMPACTO ANTES, DURANTE Y DESPUÉS DEL CONFINAMIENTO.

El avance de la tecnología sumado a que nuestra sociedad es cada vez más consumista, ha provocado que vivamos enganchados a la pantalla del teléfono móvil, del ordenador, a la televisión, a la consola,… Aparatos que nos han atrapado entre sus garras haciéndose con el control de nuestro tiempo y entretenimiento.

2020 se presentaba como un año prometedor -quizá por su armónico aspecto-, hasta que una de las mayores pandemias que se recuerdan, la COVID-19, llegó sin avisar y mucho menos sin pedir permiso. En consecuencia, la industria musical -como muchos otros sectores- se ha llevado un duro golpe: clubes cerrados, festivales cancelados, ventas de música decayendo y artistas sin actuaciones sin saber cuándo podrán volver a programarlas.

En este contexto,¿qué opciones tienen los artistas para recibir ingresos mientras esto dure? Porque está claro que con los clubes, festivales y actuaciones en jaque, lo único que les queda es la venta de su música. Pero, ¿es el streaming lo suficientemente rentable como para sostener la industria en momentos como este?

ANTES...

En febrero de 2020, antes del confinamiento, Spotify publicaba sus resultados de 2019. Si bien sus usuarios habían ido in crescendo respecto a meses anteriores, su rentabilidad no había ido en concordancia con dicho aumento de usuarios. Traduciendo esto en números, Spotify cerraba 2019 con hasta 73 millones de euros en pérdidas.

En este contexto, un mes después de que Spotify presentara sus resultados, nos confinaron y de pronto nos vimos ingeniándonos las mil y una maneras de entretenernos. Las plataformas de streaming de cine y series despuntaron en visualizaciones y aumento de usuarios; pasamos miles de horas en Netflix, volvimos a ver aquella película que tanto nos gustaba en HBO, Disney+ adelantó una semana su lanzamiento aprovechando la buena tirada que estaba teniendo el confinamiento en todas las plataformas,… Pero, ¿qué sucedió con las plataformas de streaming de música? En un momento en que la gente empezó a pasar mucho más tiempo en sus casas con miles de alternativas para entretenerse, es lógico preguntarse si esto se notó también en las escuchas de música.

DURANTE...

Sin bolos y con las ventas físicas paradas, la industria musical se vio cara a cara con el demonio y con tan solo un as bajo la manga: el streaming.

Pero, ¿hasta qué punto el streaming resultó rentable? Es cierto que los artistas tienen las plataformas musicales como un maravilloso escaparate donde conseguir visibilidad y promoción. El contenido que generan los sellos y creadores nutren el contenido de las plataformas de streaming pero, a la hora de llevarse un trozo del pastel, el reparto es bastante desigual.

El pago por reproducción de estas plataformas no es fijo y su mayor o menor rentabilidad depende de factores como la localización geográfica o el tipo de cuenta de usuario. Tal y como nos comenta Alfons Serra de la distribuidora La Cúpula Music “una reproducción de un usuario Premium suma más que la de un usuario Freemium. Los canales de streaming se quedan un porcentaje de los ingresos mensuales de cuentas Premium y anunciantes (no todos tienen anuncios), entorno al 30%, y pagan el resto en función de las reproducciones de cada canción”. En este contexto, el confinamiento ha resultado ser un momento ideal para retomar la discusión y que artistas y sellos pudieran volver a pedir mejores condiciones en las plataformas.

Quedando anulada la música en directo hasta nueva orden -el principal sustento de los artistas- quedó en evidencia que con la -prácticamente- nula venta de discos y las insignificantes ganancias obtenidas por las reproducciones en las distintas plataformas, es inviable para un artista mantenerse económicamente. Nos encontramos ante una situación de uso masivo de las plataformas vs la rentabilidad para los artistas.De acuerdo con la organización internacional de artistas de The Trichordist -un blog estadounidense que defiende los derechos de autor de los artistas-, estos son los precios que pagan las principales plataformas por reproducción.

Fuente: The Thrichordist

A primera vista observamos que la cantidad de reproducciones que necesitaríamos para obtener 1€ ya es muy alta, pero se vuelve una historia de locos si nos paramos a pensar en cuántas necesitamos para conseguir el salario mínimo español.

En orden de rentabilidad de mayor a menor

Sorpresa, los gigantes de Spotify y Youtube -esos que presumen de tener más usuarios que el resto- son los primeros, pero esta vez por la cola. Aún contando con la mayor parte de usuarios e inversión publicitaria, los artistas no se benefician en absoluto de ello. En este contexto, entonces, Tidal es hoy en día la que más paga, y aun así sólo lo es en caso de que el artista consiga, al menos, 118.750 reproducciones mensuales.

Spotify paga unos escalofriantes 0,0032 céntimos de euro por cada reproducción de canción a los tenedores de derechos. Y digo escalofriantes en el sentido más terrorífico de la palabra. Es decir, que para ser mileurista en Spotify un grupo debería tener, al menos, 312.000 reproducciones al mes -y eso sin tener en cuenta el reparto entre discográfica y artista. Por otra parte, para llegar a los 1.000€ en YouTube, el grupo tendría que conseguir 714.280 reproducciones mediante sus 0,0014€ por reproducción.

Claro está que el coste por reproducción es de todo menos rentable y, con esas cifras, no va a conseguir sostener la industria en tiempos de pandemia. A sabiendas de esto, las plataformas tampoco han hecho cambios en sus pagos con el fin de minimizar el impacto de la COVID-19 en la industria y tan solo algunas, como Soundcloud o Spotify, han añadido una pestaña en su interfaz con la que los artistas pueden recaudar fondos directamente de sus fans a través de su perfil.En otras palabras, somos los propios usuarios -los mismos que utilizamos y pagamos por la plataforma-, los que tenemos la opción de solidarizarnos con los artistas pagándoles lo que nosotros creamos -además de la cuota mensual que ya pagamos-. Esto hace evidente -una vez más- la poca solidaridad de las plataformas hacia los artistas, siendo incapaces de aumentarles el pago por reproducción.

Y, volviendo a la pregunta que nos hacíamos antes sobre qué sucedió con las plataformas de streaming de música durante el confinamiento: ¿realmente aumentaron las escuchas?

En un primer momento, el confinamiento disparó el consumo de plataformas de streaming de cine y series, pero no ocurrió lo mismo con el consumo de música online. De hecho -según datos de Promusicae- vivió un desplome del 11%. Teniendo en cuenta que las plataformas no tienen un pago fijo por reproducción con sus artistas -sino que reparten la recaudación de las ganancias de los anuncios y de sus usuarios Premium-, se estimaron pérdidas de unos 50 millones de euros.

Sin tener muy claro qué iba a suceder tras los primeros meses de parón, y teniendo en cuenta la poca rentabilidad de las plataformas de streaming para sostener a nuestra industria, surgieron diversas iniciativas con el objetivo de mantener la estructura a flote. Por ejemplo:

-Beatport en asociación con Twitch creó “ReConnect” -varios eventos en streaming de 24 horas- recaudando en su primera entrega más de 180.000$ para el Fondo de Respuesta a la Solidaridad COVID-19 de la OMS y para los miembros de la AFEM (Asociation For Electronic Music), afectados por las consecuencias derivadas de la COVID-19.

- Bandcamp eliminó su comisión en las compras realizadas en música y merchandising durante 24 horas y destinó el 100% de los ingresos de dichas ventas directamente a artistas y sellos independientes en respuesta a la pandemia de la COVID-19. En total, se gastaron 4,3 millones de dólares en música durante esas 24 horas y todo el beneficio llegó íntegro a los creadores. Esta iniciativa se ha mantenido a lo largo de todo el año.

Algunas con donaciones y otras no, de repente vimos sumidos nuestros días entre grandes oleadasde iniciativas musicales: conciertos online, videobroadcastings en plataformas como Facebook, Vevo o Instagram, festivales en 3D y realidad aumentada,… Las actuaciones en vivo no eran nada nuevo, pero vivimos una masificación de este tipo de iniciativas -normalmente protagonizadas por artistas no muy conocidos-, y a las que no tardaron en sumarse hasta los artistas más grandes.

Y en este contexto, el eterno debate se puso de nuevo en el punto de mira: el artista no busca cubrir costes con estas iniciativas, sino vivir de lo que hace ya sean conciertos online, streamings, subir su música a las plataformas, etcétera. En un panorama en el que ninguna de estas iniciativas tiene reciprocidad monetaria, la necesidad de algunos cambios se transformó en más que una obviedad.

DESPUÉS...

Actualmente nuestro uso de las plataformas ha cambiado y esto ha venido muy de la mano de los meses confinados. Pese a que al inicio de la crisis, la música online sufrió un desplome, la pandemia se ha saldado con un aumento considerable del consumo de las plataformas y, además, con una variación en el target. Antonio Guisasola, presidente de Promusicae, apuntó a que durante el confinamiento, muchos de los registros se han convertido en planes familiares y, de la misma manera que el consumo ha cambiado, ahora hay también mayor variedad en la demanda a consecuencia de la diferencia de edad de los usuarios.

A esperas de que una “nueva normalidad” real llegue a nuestras vidas, y con ella la reprogramación de festivales y la reapertura de clubes y tiendas de música físicas, el streaming se ha vuelto prácticamente imprescindible para los amantes de la música y no ha dejado morir del todo las ventas. El auge de las plataformas supuso un incremento del 4% en el primer semestre de 2020, cuyas suscripciones han subido hasta un 17% (de 77,1 millones en 2019 a 90,2 en el primer semestre de 2020), mientras que los ingresos por escuchas gratuitas con anuncios publicitarios se han disparado un 55,7%: de 10,3 millones a 16,1. Sin embargo -y como era de esperar- el mercado físico ha perdido la mitad de sus ingresos como consecuencia del cierre de tiendas durante el confinamiento.

Es un incremento tímido, pero da visibilidad al streaming y a la importancia que ha cogido en estos tiempos en los que los clubes continúan cerrados y los festivales cancelados. En palabras de Robb McDaniels, el CEO de Beatport: "Hemos visto de primera mano cómo los streamings están desempeñando un papel crucial en la comunidad de música durante la pandemia, con millones de fans viendo nuestros eventos de forma regular. Hemos aprendido que, además de los grandes eventos globales, los fans de la música también están interesados en streamings en vivo seleccionados por expertos e hiperlocales.”

Fuente: reasonwhy.es

El auge de los streamings es una realidad casi palpable y las plataformas ya se están poniendo las pilas para ser las primeras en llegar a la cima. Recientemente, Soundcloud ha anunciado su próxima colaboración con Twitch, donde tendrá su propio canal y así podrá iniciar chats, paneles en vivo o sets de artistas entre otros contenidos. Según explican desde Soundcloud, servirá como un “nuevo hogar para todos los artistas, creativos y oyentes para conocer músicos emergentes, escuchar algunos nombres importantes en la industria y conectarse directamente con el equipo y expertos de SoundCloud”.

Mixcloud, por su parte, tras contemplar el aumento de tráfico de las plataformas durante la pandemia, ha decidido subirse al carro anunciando que, lejos de usar un espacio ya existente como Facebook Live o el mismo Twitch, iba a lanzar su propia plataforma de transmisión en vivo.

Paralelamente, el consumo de música a través de streaming de vídeo como Youtube, Vevo o Facebook también ha crecido hasta un 14,9% (de 14,1 millones en el primer semestre de 2019 a los 16,3 millones actuales).

¿Y AHORA QUÉ?

Ahora que ha quedado patente la poca rentabilidad de las plataformas de streaming para los artistas…

Ahora que sabemos que el coste por reproducción de las plataformas de streaming no es capaz de sostener la industria musical ni por asomo…

Ahora que las ventas físicas han caído a más de la mitad…

Ahora que el streaming está en pleno auge, ha conseguido una visibilidad tremenda a consecuencia de la pandemia y se ha vuelto imprescindible para los fans de la música…

Ahora que el debate está en el punto de mira…

Ahora, ¿QUÉ?

¿Qué medidas deben tomarse para hacer del streaming un servicio rentable?

¿Qué cambios deben realizarse en el sector para que el reparto de beneficios sea más justo?

¿Qué deben hacer las plataformas para que su uso masificado vaya en concordancia con su rentabilidad?

¿Qué más debemos analizar para que se tomen cartas en el asunto?

La pandemia ha puesto el foco en la imperiosa necesidad de hacer algo al respecto dejando en evidencia la injusta recompensa que reciben los artistas a cambio de su trabajo en el mercado digital.

Algunas plataformas ya han iniciado cambios -o al menos han anunciado que los harán- con el objetivo de poner fin a esta injusta situación. Es el caso de Facebook que, habiéndose convertido en una de las plataformas principales en la retransmisión de video streamings durante el confinamiento, recientemente ha actualizado sus términos de uso en cuanto a política sobre contenido musical se refiere. Facebook pondrá fin a los streamings musicales gratuitos en su plataforma y delimitará su uso para temas absolutamente personales y familiares.

Con esta actualización en su política de uso, el sello discográfico o productora que quiera publicar un streaming en Facebook deberá hacerlo mediante contratos que garanticen el beneficio económico tanto de los tenedores de derechos como de la plataforma.

Pero en tanto que se ponen en marcha medidas como esta y se hace algo al respecto, las plataformas continúan sin realizar cambios y algunos artistas ya han encontrado alternativas como ha sido el caso de la migración a otras plataformas con otro modelo de negocio. Bueno, mejor dicho, a otra plataforma (en singular).

¿A QUÉ PLATAFORMA ESTÁN MIGRANDO LOS ARTISTAS?

A Bandcamp. Que, ¿qué es Bandcamp? Es una tienda multiformato en la que tienes la posibilidad de escuchar la música online, descargarla en formato digital, comprar el formato físico (en los casos que se ofrezca), además de comprar merchandising o cualquier otro tipo de artículos que el artista quiera vender. Si me permitís la expresión Bandcamp sería el “tú te lo guisas, tú te lo comes” de las plataformas.

Basado en un modelo de negocio que prioriza a los artistas y con un enfoque radicalmente transparente de los derechos de autor, bajo el lema “nuestro éxito está ligado al éxito del artista, solo ganamos dinero si el artista gana mucho más”, la plataforma en su conjunto ha generado $584 millones para artistas y sellos desde que viera la luz en 2008.

Bandcamp, que en 4 años ya sumaba 5 millones de canciones, es una perfecta tienda de música online y la plataforma ideal de lanzamiento y promoción para infinidad de artistas, enfocada principalmente en el mercado independiente.

Registrarse es totalmente gratuito: el compositor crea su propia página -cuenta incluso con un micro espacio personalizable- y pone el precio que él considere oportuno. Supone así una alternativa ideal a las discográficas del sector y, al mismo tiempo, el resto de usuarios de Bandcamp pueden comprar las canciones que más les gusten y contribuir económicamente al crecimiento de los artistas.

Con la llegada de la pandemia miles y miles de los artistas que perdieron su principal fuente de ingresos, sintiéndose abusados e incluso ignorados por plataformas como Spotify o Apple Music, han migrado en masa a Bandcamp, muchos fans les han seguido y ha resultado ser el mejor aliado durante las restricciones ocasionadas por el confinamiento. Además, la conexión entre músicos y fans que se crea en Bandcamp es tan directa que ha resultado fundamental para paliar las consecuencias del coronavirus y disminuir, aunque digitalmente, la sensación del “social distancing”.

Además, Bandcamp ha sido una de las principales plataformas en promover iniciativas que ayuden a paliar los efectos de la pandemia en los artistas. En esta línea, en marzo de 2020 anunció que una vez al mes, cada primer viernes hasta finales de 2020, renunciaría a su comisión regular del 15% en las ventas digitales (y el 10% de las ventas físicas), canalizando el 100% de dinero directamente del fan al artista, lo que ha supuesto alrededor de $100 millones hasta el momento.

En cambio, otras plataformas como Spotify no han hecho nada al respecto para paliar la terrible situación de los músicos en estos tiempos. Y eso resulta incluso más grave teniendo en cuenta el momento en el que nos encontramos, un momento en el que los artistas sienten que deben usar plataformas como Spotify o Apple Music para que su música se escuche aún sabiendo que recibirán nada y menos a cambio.

El CEO de Bandcamp, Ethan Diamond ha explicado que las ventas han aumentado hasta un 122% interanual, lo que sugiere un crecimiento orgánico, no solo un aumento de las ventas de «Bandcamp Friday» recientemente introducidas en la plataforma como un estímulo para paliar las consecuencias de la pandemia. ¿Desbancará Bandcamp a los gigantes del streaming?

FUTURO INCIERTO

Son momentos de incertidumbre, situaciones económicas muy difíciles y lo peor de todo es que no sabemos cuándo acabarán y tampoco si vendrán otras peores. Lo que sí tenemos claro es que el injusto reparto de beneficios no se puede alargar mucho más en el tiempo.

La pandemia ha puesto las cartas sobre la mesa y ha evidenciado la necesidad de realizar varios cambios en las plataformas con el fin de que la justa monetización del streaming se convierta en una realidad de una vez por todas. La relación entre el uso masivo de estas y lo que reciben los artistas a cambio del contenido que suben a ellas debe encontrar un equilibrio.

Están surgiendo algunas iniciativas de monetización como es el caso de Facebook pero, ¿hasta qué punto están dispuestas las plataformas a realizar cambios? Ya hemos visto que plataformas como Spotify o YouTube no han actuado en consecuencia ni han emprendido iniciativas para amortiguar el impacto del coronavirus.

Entonces, ¿qué más debe suceder?, ¿cuál es el futuro de las plataformas de streaming?, ¿será Bandcamp el ejemplo del nuevo modelo de negocio?

Muchas preguntas en busca de respuesta, respuestas que dependen de que las plataformas decidan mover ficha a favor… o en contra.

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Reportaje de Patricia Pareja, redactora en Mixmag Spain. Síguela en IG

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