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Artists

Hello! Jean-Michel Jarre

Una mirada hacia el futuro

  • Eduardo P. Waasdorp
  • 2 November 2020

Poca gente encarna el gen futurista de la electrónica con tanta entidad como Jean-Michel Jarre. El genio francés, convocado este año como uno de los grandes ponentes de BIME Pro, está metido en una de las etapas más experimentales e innovadoras de su carrera artística… y no podía haber alguien mejor para inaugurar las entrevistas de este Número #0 de Mixmag Spain que él. No queremos adelantar ni una palabra de esta impresionante conversación que hemos tenido con Jean-Michel. Dejamos que sea el genio quien hable. ¡Música, Maestro!

¡Hola, Jean-Michel! Es un verdadero honor para nosotros que inaugures la primerísima edición de Mixmag en España. Empecemos por ponernos al día… ¿Cómo empezó tu año?

¡Gracias a vosotros por convocarme! Este año tuve mucha suerte, porque mi tour mundial acabó justo antes del confinamiento. Lo último que hice fue un concierto muy especial en el desierto de Arabia Saudí, en Al-Ula, patrimonio de la UNESCO, producido por Vice Media, como colofón a mi Electronica World Tour. Una semana después empezó el confinamiento, por eso me siento afortunado, en comparación con algunos de mis amigos y colegas de profesión. Muchos de ellos empezaban sus tours de 2020 en esas fechas y tuvieron que cancelar, con todos los problemas técnicos y económicos derivados. Tuve mucha suerte, también porque como músico trabajo mucho en el estudio y es algo que no ha cambiado por el confinamiento (risas).

En realidad, para mí no cambiaron muchas cosas, ni mi ritmo de trabajo, ni nada. Evidentemente han sido momentos oscuros, para mí, para mi familia, mis amigos, en la salud y lo que ha representado para el mundo. Creo que ha sido parecido tanto en España como en Francia… he perdido a varios de mis amigos cercanos, por lo que han sido momentos duros.

Sentimos mucho tus pérdidas… la COVID-19 ha golpeado duro y sin tregua a la salud y la economía, sin mirar a quién. O sea, que cuando todo empezó, ¿tu ya estabas en Francia?

Sí, justo pillé el último vuelo de British Airways que salía de Oriente Medio. El confinamiento empezó solo unos días después. Lo pasé con mi familia en París. Como no sabíamos lo que iba a pasar, pensé que sería mejor estar en un entorno cercano a hospitales. Allí estuvimos durante 3 meses, fue un confinamiento parecido al de España, creo. París estaba totalmente vacía y se respiraba un ambiente muy surrealista… los patos iban por las calles vacías, los cielos estaban tan limpios como en medio del desierto y el confinamiento nos mostró lo negativos que somos los humanos para nuestro entorno.

surrealista. Por otro lado, imagino que estás acostumbrado a pasar encerrado mucho tiempo en el estudio, pero durante ese tiempo libre extra, ¿hiciste algún descubrimiento o aprendiste alguna cosa nueva?

Ha sido muy raro. Hay una gran diferencia entre el tiempo que decides encerrarte y dedicarte a la música… y que ese encierro te sea impuesto, como en este caso. Es algo que he discutido con mis amigos músicos, a los que también les pasó algo parecido: era difícil encontrar la inspiración para empezar nuevos proyectos. En realidad, no teníamos alternativa para usar el tiempo en otra cosa, por lo que el estado psicológico era diferente.

Habiendo dicho eso, me sentí muy privilegiado de poder seguir haciendo mi trabajo, cuando tanta otra gente tuvo que parar toda actividad profesional.

¿Imagino que ya tenías algún proyecto planificado este año? ¿O después de terminar el tour iba a ser más tranquilo?

Realmente no tenía muchos conciertos proyectados, aparte de uno en octubre-noviembre que tenía con la Filarmónica de París, que estaba ligado a la nueva app de producción musical algorítmica y evolutiva que he creado, que se llama EōN. Íbamos a experimentar con una configuración totalmente diferente y nueva a mis actuaciones habituales. Eso se ha cancelado, evidentemente, por razones sanitarias e iba a ser uno de los grandes proyectos…

Pero, al mismo tiempo, creo que uno tiene que usar este periodo también de forma positiva. Por eso me he involucrado mucho más en el mundo de la realidad virtual y, debido a esta situación, en junio, para el día de la música, creamos una actuación en un entorno de VR especial, donde yo actué a través de mi propio avatar. Fue una premiere mundial, porque a pesar de que ha habido otros artistas que han actuado en formato Realidad Virtual, lo han hecho en su mayoría eran actuaciones grabadas, en juegos de video preexistentes, como Fortnite…

O como la expansión del GTA V…

¡Exacto! En mi caso fue algo hecho desde cero, además de ser un evento social en VR. La idea era desarrollar un nuevo proceso creativo. Creo que hoy en día, necesitamos tomar este gran problema que tenemos, en estos tiempos tan oscuros, e intentar pensar en alternativas creativas. Y no me malinterpretes, el mundo virtual nunca va a sustituir los festivales en directo. Pero es una nueva forma de expresión que tiene que ser explorada. Ahora, debido a las circunstancias, se ha estado usando el mundo virtual a diario para cosas como conectar con amigos y familia, también en ambientes laborales cuando se ha tenido que trasladar la oficina a casa… Ahora a nadie le extraña usar Zoom, FaceTime o Meet para gestionar su día a día. Creo que ahora ha llegado el momento de que la sociedad admita que los eventos creativos y actuaciones online también tiene valor. Hay que pensar cómo podemos cambiar el paradigma y crear nuevas vías de negocio para artistas y músicos. El hecho de que alguien pueda actuar a través de internet tiene un valor, igual que cuando vas a ver al o la artista en un escenario. Eso tiene que poder monetizarse porque tiene un valor. Por eso, este mundo de expresión en Realidad Virtual puede ser una de las soluciones para que los artistas puedan ganarse la vida en situaciones como esta. Además, la Realidad Virtual tiene un papel social…

¿Cómo fue esta experiencia en particular?

Para mí fue brutal poder actuar en un entorno como en el de la película Ready Player One (de 2018). Fue un impacto que yo, a través de mi avatar, me encontrase en un mundo virtual, con fans virtuales… pero después de cinco minutos fue como estar en un escenario normal. Fue realmente increíble y las sensaciones eran las mismas, a pesar de que estaba en mi estudio, enfundado con mis gafas VR, con mis instrumentos reales, pero a la vez delante de una audiencia virtual. Fue algo nuevo y me hizo pensar que la Realidad Virtual, a pesar de estar ligada hasta ahora solo a los videojuegos, podría compararse perfectamente con los inicios del cine.

¿En qué sentido?

Cuando el cine se inventó, a finales del siglo XIX, se proyectaba en los circos, delante de una pantalla blanca. Mucha de la gente del teatro, de las artes en directo, lo consideraban un truco de magia y en ningún caso pensaron en que podría convertirse en el arte real que conocemos hoy. Creo que la Realidad Virtual, hoy en día, se encuentra también en esa encrucijada. Por eso he decidido dedicar mi tiempo en este período para explorar lo que podía hacer para hacer algunas actuaciones en VR.

Antes hablabas del papel social de la Realidad Virtual… ¿a qué te refieres?

Decía lo del papel social porque la gente estaba aislada geográficamente, socialmente, o por discapacidades. Ahora, de pronto, pueden compartir una experiencia con otra gente, en una audiencia global, y creo que eso es algo muy positivo.

Esta interacción entre avatares, que como bien dices que se salta ese aislamiento físico, es muy interesante. Y me ha recordado a una serie que vi hace poco, Upload (Amazon Prime, 2020)... En ella, la consciencia de la gente que muere es subida a una red como internet, y sus seres queridos se pueden meter en unos trajes para interactuar con ellos, mediante avatares, y sentirles o tocarles, dentro de ese entorno virtual. ¿Crees realmente que este puede ser el futuro? Es la gran pregunta que nos hacemos ahora debido a la ausencia de eventos en directo…

Es una pregunta y un punto de vista muy interesante. He visto la serie que mencionas y tu pregunta me hace reflexionar de diferentes formas. Primero, la idea de un avatar es algo muy raro. Me di cuenta de ello en mi primera actuación. Ahora estamos trabajando en algo mucho más sofisticado, más detallado, pero de pronto fui consciente de que mi avatar me va a sobrevivir a mí y eso es algo que – como se muestra en esa serie – puede cambiar nuestra relación con la muerte y con el tiempo limitado que tenemos en la tierra. Es increíble que en 2020 la realidad haya superado con creces a la ciencia ficción. Incluso el hecho de que de pronto la mitad del planeta quedase vacío, en cuarentena, como en la película Vanilla Sky (2001), donde las ciudades estaban vacías, animales por las calles, todos con mascarillas… Es un escenario totalmente de ciencia ficción de hace casi 20 años. Y lo estamos viviendo en nuestro día a día.

Otra cosa que quería decir sobre los avatares y las actuaciones online es que este período – si es que va a tener algo positivo – desde un punto de vista sociológico y creativo, es demostrar que los seres humanos tienen esta capacidad única de adaptarse a lo que venga. Por eso, de pronto puede surgir nuevos estilos de creaciones y el VR, la realidad aumentada y este tipo de cosas… estoy realmente emocionado con esto, ya que creo que a pesar de que yo ya he actuado delante de las audiencias más grandes del mundo, eso es algo que no va a volver a ocurrir dadas las circunstancias. Al mismo tiempo, también, siempre me ha interesado crear la escenografía más espectacular posible, llevando a mi imaginación a otras formas de tocar mi música en un escenario, y en un contexto de Realidad Virtual puedes crear un diseño de escenario e instalaciones que jamás podrías en la vida real, sin importar el dinero que tengas, nilas capacidades técnicas…

Incluso yendo en contra de las leyes físicas…

¡Exacto! Los límites los pone tu imaginación y por una fracción de lo que costaría hacerlo en la vida real. ¡Puedes diseñar y cambiar todo tu escenario en cada canción! Y no es algo caro, solo hay que cambiar la configuración y la animación elegida. No es ni siquiera comparable a lo que se puede conseguir en la vida real. Y el hecho de poder compartir tu actuación y prepararla desde casa es increíble (risas). ¡Mi show de junio lo hice en mi casa, en mi estudio, para una audiencia de 1,2 millones de personas, en directo! Es algo que tiene muchísimos elementos interesantes que recién ahora empezamos a explorar. Creo que se avecinan tiempos realmente emocionantes para los procesos creativos y para los artistas.

Eso me lleva a mi siguiente pregunta: ¿Cuál va a ser el rol del músico en esta hipotética nueva realidad? Muchos todavía siguen expresando su arte fuera de la red y del mundo digital…

Mira, yo creo que lo que estamos discutiendo no es que vaya a sustituir el mundo real. Es justo la analogía que hacía antes, con el tema del cine y el teatro a finales del Siglo XIX. Aunque surgiera un nuevo arte, este jamás reemplazó al teatro. Al contrario, lo reforzó, porque en el cine la gente empezó a tener acceso en masa a obras de Shakespeare o autores clásicos, que no hubieran podido conocer de otra forma. Lo mismo va a ocurrir con el VR: va a aproximar a una audiencia más joven – más acostumbrada a estas interacciones – a música o cultura que de otra forma le sería ajena. Creo que los seres humanos siempre hemos tenido esa concepción de que todo tiempo pasado fue mejor y que lo que viene siempre va a ser peor. Creo que eso viene del hecho de que los que critican saben que no van a poder ser parte de ese futuro, y es algo que ocurre generación tras generación, con esa visión oscura sobre lo que ocurrirá. Pero el futuro nunca acaba siendo tan malo como lo predicen, o de otra forma tú y yo no estaríamos, aquí y ahora, discutiendo esto (risas).

2020 también ha acelerado, debido a la COVID-19, muchos cambios y discusiones que estaban destinados a ocurrir en los próximos años. El cierre de clubes y la cancelación de eventos, que se consideraban underground, ha llevado a la ruina económica de muchos artistas y entidades de pequeño y mediano tamaño. Muchos han intentado recurrir al mundo digital con poco éxito, justamente porque se siguen considerando underground. Pero ¿puede seguirse considerando underground la música electrónica a estas alturas?

Es una pregunta interesante que tiene dos vertientes. La económica y la filosófica.

Empezando por el lado filosófico, creo que lo interesante es que la música electrónica es probablemente el género principal en estos momentos, en todo el planeta, pero aún sigue siendo underground. Es una situación única que nunca antes había ocurrido, como cuando el rock pasó de ser underground a mainstream. Dejó de ser una cosa y pasó a ser otra. Lo mismo con el jazz. Pero en la música electrónica ha ocurrido algo extraño, que es que ha conseguido mantenerse underground, mientras que una gran parte ha pasado a ser mainstream. Esto ha ocurrido porque la electrónica ha mantenido esa actitud purista en torno al negocio, creando una estructura independiente, con sellos independientes, como cuando se creó la industria de la grabación: tenías sellos famosos como Motown, Island, o Blue Note, que empezaron siendo pequeños y luego se convirtieron en los gigantes que conocemos. Pero era una época en que la música todavía no tenia una industria detrás. En la electrónica tiene esa particularidad. Puedes hacerla en un estudio en tu casa, sin muchos recursos, de forma modesta y humilde. Eso es algo que también ha hecho que mantenga su frescura.

La otra vertiente es la económica. Que es mucho peor. La electrónica no tiene un estatus en nuestros países. Con esto me refiero a que los DJs ni siquiera se consideran músicos y ni tan siquiera entran dentro de ninguna categoría profesional, no tienen una protección social, no tienen acceso a las prestaciones por desempleo por parte de los estados y como sabrás yo he estado peleando arduamente porque esta situación cambie. Creo que es muy injusto que la música se siga considerando un bien gratuito, como el aire que respiramos, ya que todo músico debe poder ganarse la vida, incluso con las plataformas digitales. Estas plataformas son las únicas que han conseguido ganar dinero durante la pandemia, gracias al trabajo de los artistas a quienes no pagan. Ese contenido que ellas distribuyen lo ha creado gente que está intentando sobrevivir y no puede. Es algo que tenemos que reajustar, el hecho de que todos los músicos deberían ser virtualmente accionistas de estas plataformas, porque ellos las han mantenido. Deberíamos tener un equilibrio mayor entre el valor de estas plataformas y la gente que crea el contenido. Este 2020 debería ser el momento definitivo para ver esto y para cambiar el paradigma urgentemente.

Has comentado algo realmente interesante: el hecho de que los DJs y los músicos, en muchos casos, no sean considerados ni siquiera una categoría profesional en muchos países. Como es el caso de España…

¡Exacto! También pasa en Francia. Es algo que los gobiernos tienen que considerar, no pueden dejar a los auténticos creadores de lado, porque sino en 2021 el 50 o 60% de los creadores van a tener que dejar sus trabajos. No van a sobrevivir y van a tener que cambiar de trabajo, como mostraba una reciente encuesta que se hizo en Reino Unido, que decía, que el 34% de los músicos tendrán que cambiar su trabajo y el mundo de la música. Es algo que tremendamente injusto. Seguimos hablando de esto porque en nuestros países, como en España, Francia y Reino Unido, sigue perviviendo esta actitud de que la cultura no es que sea secundaria, pero es algo como el aire que respiramos: está ahí y deberíamos tenerlo gratis. Y durante este confinamiento hemos hecho dos cosas: salir a comprar comida y leer libros, ver series y escuchar música. Sin música, por ejemplo, este confinamiento hubiera sido terrorífico y desesperante. La música es una necesidad absoluta, tiene un valor que debe ser respetado y en nuestra sociedad no se respeta suficiente a los músicos. Ya no hablemos de los DJs, a quienes ni siquiera se les respeta dentro del propio gremio de músicos.

Justamente, como decías, el confinamiento hubiera sido terrible sin música. Y una de las cosas que justamente ha vivido una explosión mayor fue el streaming de sets musicales en plataformas ya conocidas. Ahora estas plataformas y redes sociales están cortando el grifo porque las grandes discográficas nos fríen a todos con reclamos de copyright…

¡Exactamente! ¡Y encima, estos sitios de internet son gratuitos! Los DJs ni siquiera están monetizando esos sets. Aunque creo que debemos tomarnos este periodo de forma positiva y usarlo como pretexto para darle la vuelta al paradigma. Hay que buscar la forma de darle la vuelta a la economía de la música y que esta sea sostenible. Creo que la sociedad nunca ha sido capaz de entender las reivindicaciones del sector tanto como ahora, debido a la fragilidad que está demostrando todo el entramado artístico. Creo que la gente está mucho más receptiva y concienciada y hay que aprovechar eso para equilibrar la balanza. Además, ahora más que nunca necesitan cultura, series, películas, música, artes… Es muy importante también que vosotros, los medios, promováis este debate y lo pongáis sobre la mesa.

Es increíble como la cultura y el trabajo de los músicos y creadores se ha devaluado tanto, hasta el punto de que la mayoría de las plataformas de streaming paguen fracciones de céntimo por reproducción…

Como sabes, yo llevo abogando y luchando por la justa remuneración de los artistas desde hace años, como presidente de la CISAC (la Confederación Internacional de Sociedades de Autores y Compositores), incluso en el Parlamento Europeo, para que estas plataformas que están haciendo fortunas paguen justamente a los creadores. Lo que dices es totalmente cierto, además hemos visto como muchas de ellas, durante el confinamiento, se les ocurrió esta “generosa” idea de activar donaciones para los artistas que os gustan o incluso teléfonos de donación. ¡La música no es una enfermedad para la que haya que recaudar fondos! El mundo digital no debería estar enviando a los músicos de vuelta al siglo XVIII, a ser músicos callejeros. Algunas plataformas, con esa remuneración injusta, están convirtiendo a los artistas en mendigos 2.0.

Después de este período, los gobiernos deberían poner orden y hacer que estas plataformas paguen los impuestos que deben por operar en los países, en primer lugar. Y en segundo, que hagan una contribución especial a la cultura y artistas en general, por todo el dinero que han hecho gracias a su trabajo. Los gobiernos deberían decidir y hacer leyes especiales que atajen estos problemas después de 2020, especialmente debido a la explosión de estos servicios. Es algo tan obvio que parece tonto, pero es así. Y vosotros, los medios, tenéis un papel importantísimo que jugar en esto, para promover esta idea de una justicia.

Jean-Michel, ha sido un verdadero placer poder hablar contigo para este primer número de Mixmag Spain. Es un honor poder servir de altavoz para tus ideas. ¿Ves a la industria más cerca que nunca?

Totalmente. Como te decía, creo que debido a lo que ha ocurrido con la COVID-19, la gente y la sociedad está más concienciada que nunca con el papel fundamental que juega la cultura y la música en nuestras vidas. Los grandes cambios siempre vienen de la calle, de la gente. Al final la política es el reflejo de la calle. Este tiempo sin música hubiera sido desesperante y la gente lo ve más que nunca. Se han dado cuenta de la importancia de la cultura. Los artistas, en cierto modo, son los doctores del alma y del espíritu de la gente. Nadie debe dudar de su importancia.

¡Muchas gracias por tu tiempo, Jean-Michel!

¡A vosotros, mucha suerte con esta nueva aventura de Mixmag Spain!

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