Alai nos da #5Claves de su álbum 'OZEN'
Una investigación sonora y visual surgida de la recopilación de testimonios de mujeres , con los que Alai viaja desde el miedo y el trauma hasta la superación y empoderamiento
Publicado por el sello Stoneddogs Records 'OZEN' es el primer álbum publicado por la artista Alai.
“OZEN” (a voces en euskera) surge de una investigación de más de año y medio durante sus estudios en la prestigiosa sede en Valencia de la Universidad de Berklee, pero la idea se empezó a gestar meses antes de su recorrido académico. La artista comenzó a mantener muchas conversaciones con sus amigas más cercanas sobre situaciones cotidianas en las que siendo ya mujeres adultas seguían sintiendo mucho miedo, asco, incluso rabia. Es por eso que Alai decidió colocar un micrófono en la mesa y dar rienda suelta a estas reflexiones, con la intención de poder crear un trabajo musical que reflejara todo eso. Esas conversaciones dan orden narrativo al álbum, en forma de testimonios que tienen función de interludios, convirtiendo el álbum en una historia que viaja desde el miedo y el trauma hasta la superación y empoderamiento.
Acompañando el lanzamiento, un impactante cortometraje co-dirigido con su compañero de la Universidad de Navarra Pablo Reverter, lleno de reflexión tomando como hilo conductor los testimonios de todas esas mujeres, abriéndose y mostrando sus emociones. El cortometraje se proyectó el 22 de octubre en el Festival Internacional FICPRISMA celebrado en Colombia como parte de la selección oficial de la categoría “Narrativas Disidentes”.
A continuación Alai nos invita en este #5Claves a comprender el proceso creativo, artístico y emocional, unido al mensaje reflexivo y social que muestra y visibiliza en este primer largo:
1. ORIGEN
Algunas mujeres describen la llegada del feminismo a su vida como un despertar. Sienten que habían estado adormecidas por un pensamiento común impostado del que no eran conscientes y empezaron a cobrar conciencia.
Para mí el feminismo ha supuesto ver un color más al hilo que teje nuestra sociedad. Un hilo interseccional que suponen las estructuras patriarcales que atraviesan todas las facetas sociales de nuestra vida. Y una vez lo distinguí, no pude dejar de verlo en todas partes.
Naturalmente, la frustración de ser consciente de un sistema que no solo te pone límites, sino que también te hace pasar miedo, te incomoda, incluso puede generarte traumas o minar tu autoestima por completo, crece con el tiempo. Llega un punto en el que es necesario exteriorizarlo para que la frustración no se convierta en una rabia extrema.
Así fue como en mi grupo de amigas en la universidad, inconscientemente, creamos una cultura de compartir esta frustración y reflexionar sobre ello juntas. Nos hacía sentir acompañadas y nos daba tranquilidad exponer todas nuestras dudas, quejas y miedos a nuestros amigos (hombres) para que vieran con crudeza todas las realidades que vivimos y con las que no empatizan por no haberlas vivido nunca.
Y de ese sentimiento creciente nació el proyecto que se convertiría en mi primer álbum “OZEN”. En un principio, sin saber muy bien a dónde me llevaría ni cuál sería el producto final, puse un micrófono sobre la mesa y gravé algunas de esas conversaciones de las que aprendía tanto y en las que me sentía en comunidad para archivar esos momentos tan preciados y trabajar a partir de ellos.
2. PROPÓSITO
Tenía la necesidad de compartir todo lo que hablamos mis amigas y yo pero cuando grababa esas conversaciones en realidad tampoco sabía cómo lo iba a exponer ni qué quería conseguir con ello.
Como amante del cine y las series siempre me ha gustado añadir una capa narrativa a mis producciones insertando trozos de monólogos o diálogos de contenidos audiovisuales en forma de samples. Y acostumbrada a trabajar de esa forma, es así como pensaba hacer uso de todo el contenido narrativo archivado que tenía con todas esas conversaciones.
Todo eso, no obstante, cambió de rumbo cuando leí el ensayo “Quítame la culpa” escrito por Cristina Lizarraga, vocalista del grupo vasco Belako. Este ensayo está compuesto por cartas escritas por amigas de la autora contando experiencias propias en relaciones romántico-afectivas de abuso psicológico. Percibí la misma sensación colectiva que sentía al conversar con mis amigas y Lizarraga había conseguido darle un formato en el que ese espíritu se mantenía. Y no solo eso, sino que llegué a una conclusión clara: es necesario que exterioricemos y compartamos nuestras experiencias, miedos y reflexiones porque así somos capaces de ver estas vivencias desde una perspectiva externa. En muchas ocasiones vivimos cosas a las que quitamos importancia por haberlas vivido en primera persona y al escuchar la misma experiencia a terceros, nos damos cuenta de la gravedad de los hechos.
Es por eso que tuve claro, gracias al ensayo y la conclusión que me dio, que mostrar mucho más contenido de estas conversaciones con mis amigas iba a ser mi forma de contribuir a la causa de compartir más historias para poder hacer este ejercicio de empatía y reflexión colectiva.
3. ORDEN NARRATIVO
Quise crear un trabajo conceptual que tuviera un arco narrativo similar al de una historia y que cada fase de la historia se enmarcara en una escena. En esa historia las conversaciones, expuestas como interludios entre las canciones, tendrían la función narrativa de dar orden a la historia musical y personal que se cuenta.
Desde el principio hasta el final del álbum, la historia evoluciona en estados psicológicos desde un momento traumático hasta llegar a la superación, dejando ver todo un proceso que se vive al chocarse con las estructuras patriarcales.
Comienza con el sentimiento de trauma, para pasar por el bloqueo emocional, después por el desahogo con el que se empieza a procesar lo pasado para terminar con el empoderamiento. Así el álbum tendría todo un arco de transformación circular dándole una dimensión narrativa.
4. ATMÓSFERAS
En esa estructura narrativa creada para el álbum, cada canción retrata una escena y cada escena un estado psicológico dentro de ese proceso de trauma y superación. De ese modo, mi proceso creativo para pasar de la ideación narrativa a la producción musical consistió en intentar traducir a sonidos las sensaciones y sentimientos que generaría cada escena, creando una atmósfera musical para cada una.
Todo comienza con un evento traumático, intentando transmitir sensaciones como la confusión, el miedo, la incomodidad y la violencia. Para ello, la canción “BACK HOME” crea un ambiente misterioso e industrial en el que se enmarcan muchas vueltas a casa de discotecas que quedan apartadas en polígonos lejos de centros de ciudades y pueblos.
Sigue con “STASIS” y “INUDE” que transmiten el bloqueo emocional que sigue al evento traumático, transmitiendo sensaciones como la parálisis, la vacuidad y la soledad. La historia retrata musicalmente una mente aturdida por el miedo y el trauma.
Pero todo cambia en el segundo interludio, “Veneno”, en el que un extracto de una conversación explica la importancia de extraer los malos sentimientos, la culpa y el trauma. Sacarlo todo para poder salir adelante. Es por eso que “MAHUMA” supone un momento de liberación, una especie de akelarre en el que se expulsa todo el veneno del cuerpo por medio de los ritmos frenéticos del techno.
La última canción, “EN EL CLUB”, es el desenlace. Y como todo desenlace supone un nuevo orden para la situación inicial. Es por eso que decidí volver a enmarcar la última escena en el contexto de la noche y la fiesta. Pero esta vez desde una perspectiva empoderada y valiente que supone haber sobrevivido a todo el proceso: reclamando mi espacio en la pista de baile, liberada, sin que nadie me moleste.
5. INFLUENCIAS
La figura de la mujer productora es una inspiración innegable para mí. Fue gracias a aficionarme a las escenas musicales más underground al final de mi adolescencia cuando empecé a descubrir las primeras productoras que conocí y, gracias a eso, empecé a ver la posibilidad de desarrollar una carrera musical. Es por eso que muchas de mis influencias son femeninas, no solo por mi admiración por su música, sino también por la inspiración que suponen.
Mis influencias musicales son como una biblioteca a la que acudo, de la que me llevo piezas sueltas y me permiten montar un nuevo puzzle. Me gusta hacer uso de elementos que forman parte de mi imaginario musical que se expande desde géneros como el punk, pasando por el r&b y disco hasta la electrónica.
Es por eso que para las partes más oscuras del álbum me han servido como influencia artistas de música IDM, avant pop, ambient y etérea como Arca, Grimes o FKA Twigs. Pero hacia la parte más luminosa y rítmica del álbum han servido como influencia artistas de música house, techno y electro pop como Lykke Li, Yaeji, Peggy Gou, Robyn o Christine and The Queens.
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