Spotify endurece su postura contra la piratería
Alternativas como Sharesub buscan reducir el consumo ilegal con modelos de suscripción compartida

La piratería musical sigue siendo un reto para la industria digital. Según datos de la IFPI, el 35% de los usuarios de Internet consume música de manera ilegal, alcanzando un preocupante 55% en la franja de 16 a 24 años.
Para hacer frente a este problema, Spotify ha bloqueado recientemente cuentas que utilizaban versiones modificadas de su aplicación para acceder a funciones premium sin pagar. Estas versiones ilegales permitían evitar anuncios, saltarse restricciones en la selección de canciones y descargar contenido sin coste, una práctica que la plataforma ha decidido frenar con medidas más estrictas.
Este movimiento ha generado revuelo en comunidades online, donde numerosos usuarios han reportado bloqueos de acceso. Sin embargo, el endurecimiento de las políticas antipiratería también refuerza la viabilidad de los modelos de suscripción y busca garantizar una experiencia justa para los usuarios que pagan por el servicio.
Mientras plataformas como Spotify refuerzan sus mecanismos de seguridad, otras buscan ofrecer soluciones accesibles sin recurrir a prácticas ilegales. Es el caso de Sharesub, una plataforma que permite compartir suscripciones de más de 560 servicios digitales, incluyendo música, streaming de vídeo, apps educativas y herramientas de productividad.
Gracias a este modelo, los usuarios pueden reducir costes hasta en un 75%, con un ahorro medio de 400€ al año. “Es clave encontrar modelos que equilibren accesibilidad y legalidad sin perjudicar a la industria”, señala Jean-Brice de Cazenove, CEO de Sharesub.
Frente al auge del consumo ilegal, la suscripción compartida se presenta como una solución sostenible que beneficia tanto a los usuarios como a las plataformas digitales.