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Nos sumergimos dentro del estudio de Trigun Audio

Hablamos con Nichel, alias del productor detrás de 'Primary Perception' y del estudio de mastering y mezcla 'Trigun Audio'

  • Fede Cortina
  • 18 June 2025
Nos sumergimos dentro del estudio de Trigun Audio

En un mundo donde muchos confunden volumen con impacto, y brillo con calidad, Trigun Audio, el alias técnico de Nichel, también conocido como Primary Perception en su faceta de productor, se mueve con una brújula distinta: sensibilidad, escucha activa y obsesión por el detalle.

Desde su estudio, combina herramientas digitales de altísima precisión con máquinas analógicas valvulares que respiran carácter. Pero lo que realmente define su enfoque es su capacidad para leer la intención artística detrás de cada proyecto y traducirla a sonido puro. Aquí no hay espacio para presets genéricos ni para soluciones por inercia: cada mezcla, cada máster, cada restauración es una conversación, una búsqueda compartida entre técnico y artista.

En esta entrevista nos abre las puertas de su proceso. Hablamos sobre cómo encara una mezcla desde cero, qué significa realmente “respetar” una pista, y por qué a veces un tema mal grabado en cassette puede ser más valioso que cien stems de alta definición.

Prepárate para entrar en un universo donde la emoción guía al oído, la técnica se pone al servicio de la música, y el groove es ley.

¿Cómo enfocas un nuevo proyecto de mezcla o de mastering cuando te llega por primera vez?

Cada vez que me llega un proyecto, tanto de mezcla como de mastering, me gusta hablar un poco con el artista para entender qué sonido está buscando, cuáles son los elementos más importantes para él dentro de la mezcla y si tiene algunas referencias.

Cuando ya he profundizado un poco más y he entendido bien la dirección que quiere tomar, a veces también les pido que me expliquen qué querían expresar con cada tema. Esa parte me ayuda mucho a conectar con el mensaje detrás de la música.

Una vez hemos tenido esa conversación y tengo una idea clara de por dónde va todo, suelo cogerme un día para escuchar bien los temas y preparar los proyectos, tanto si es para mezcla como para mastering, usando las plantillas que tengo. Considero esencial separar esta etapa de la parte creativa para que, el día que realmente me pongo a mezclar o masterizar, pueda concentrar toda la energía en eso, sin distracciones ni pérdidas de tiempo, preparando cosas técnicas.

Mientras escucho los temas por primera vez, suelo hacerme notas mentales sobre qué puedo hacer para reforzar el mensaje que el artista quiere transmitir en cada track.

¿Hasta qué punto consideras importante respetar la intención artística del músico, incluso cuando puede chocar con criterios técnicos?

Para mí, respetar la decisión artística del músico es clave. Al final, el ingeniero está al servicio de la música, y no al revés. Muchas veces, cuando llevas mucho tiempo haciendo una cosa, tienes que luchar con lo aprendido, con lo que se sale de las reglas, para no limitar lo artístico. Y eso no solo le pasa a los artistas, también a nosotros como ingenieros, sobre todo en la mezcla, donde también tenemos que ser creativos y no limitarnos. Si algo tiene una carga emocional o transmite algo especial, aunque técnicamente no sea perfecto, es mejor intentar preservar ese mensaje, en lugar de retocarlo solo por la idea de que algo no es técnicamente correcto. Porque muchas veces esas imperfecciones son justo lo que necesita la canción para poder transmitir ese mensaje.

¿Cuál ha sido uno de los proyectos más desafiantes que has hecho, y qué aprendiste de esa experiencia?

Una de las experiencias más desafiantes ha sido trabajar con DJs que me envían música encontrada en digital o incluso en cassette, para que les haga remasters con el objetivo de cortarlos en dubplates. Muchas veces, sobre todo cuando vienen de cassettes en mal estado, los archivos presentan problemas serios. Ahí es donde más he aprendido, porque necesitas ser muy creativo, tener mucha paciencia y probar muchas cosas distintas hasta dar con una solución que funcione. Lo que más me motiva de eso es que, si logras que un tema que sonaba fatal termine sonando, al menos, lo suficientemente bien como para poder pincharlo, ya es un logro. Muchos de esos temas son increíbles musicalmente, y me da hasta

pena pensar que se queden escondidos por sonar mal. Cuando consigo darles una segunda vida, es una de las mayores satisfacciones que me da este trabajo.

¿Cuál es tu proceso habitual al empezar una mezcla? ¿Y en el caso del mastering?

Tanto si voy a empezar una mezcla como una sesión de mastering, lo primero que hago es encender todo el equipo. Algunas máquinas necesitan entre 20 y 40 minutos para calentarse, sobre todo los aparatos con válvulas, y es importante que estén a punto antes de trabajar.

Mientras tanto, me gusta calibrar el oído. Suelo ponerme referencias que conozco bien, que sé que suenan bien y que estén un poco relacionadas con el estilo del proyecto que voy a trabajar. Al empezar el día, uno no siempre tiene el oído fresco, y escuchar esas referencias me ayuda a entrar en contexto y tomar decisiones con más seguridad desde el principio. Después de eso, hago una primera escucha del tema completo. En esa escucha suelo tener una idea general de qué puede necesitar el track, aunque muchas cosas las voy resolviendo mientras trabajo.

Cuando mezclo, empiezo siempre con todos los faders abajo y voy construyendo desde lo más importante. En la música electrónica, que es lo que más suelo mezclar, normalmente empiezo con la drums y el bajo, y me centro en que tengan pegada, claridad y el groove adecuado antes de añadir lo demás. En el caso del mastering, después de esa primera escucha, lo primero que hago es limpiar el tema: quitar resonancias y ajustar balances. Eso lo hago en digital porque es más preciso. Y todo lo que sea darle cuerpo o realzar algo al track, siempre lo hago con equipo analógico.

¿Sueles trabajar con temas de referencia? ¿En qué momento del proceso los utilizas?

Sí, suelo pedir temas de referencia al artista antes de empezar, tanto para mezclar como para masterizar. Lo considero súper importante para entender la visión artística del productor o músico.

A medida que avanzo en la mezcla o el mastering, voy comparando el proyecto con la referencia o con la demo, si es mezcla, o con la mezcla, si es mastering, para ir viendo en qué punto estoy respecto a lo que busca el artista. Hago estas comparaciones durante todo el proceso, especialmente al final, para asegurarme de que el resultado esté alineado con la intención original.

¿Cómo gestionas las peticiones de los clientes cuando crees que no benefician al tema desde un punto de vista técnico o artístico?

Normalmente suelo tener buena comunicación con el artista, porque veo el trabajo como una colaboración. A veces, al principio puede resultar un poco incómodo cuando hay opiniones diferentes, pero cuando lo piensas en frío, entiendes que es fundamental dejar las opiniones personales a un lado para comprender realmente la visión del artista. Además, si sabes transmitir tus ideas de forma respetuosa, puedes hacer que el artista entienda que quizá algo debe hacerse de otra manera. Por suerte, casi siempre hay una forma de que las cosas funcionen respetando la versión artística del músico o productor. Lo importante es pararse a escuchar y encontrar la manera de llegar a la visión del artista sin que eso afecte negativamente la experiencia del oyente.

¿En qué momento del proceso sueles compartir avances con el cliente? ¿Valoras mucho su feedback?

En mezcla, por ejemplo, si estoy trabajando en un EP, suelo mezclar un track por día. Y luego, cuando los tengo todos terminados, se los envío al artista juntos. A medida que voy finalizando cada tema, hago fotos del hardware que estoy utilizando y grabo algunos inserts para facilitar los recalls si fuera necesario. En mastering hago algo similar: cuando termino el trabajo del EP, lo envío completo. Cuando se lo envío, siempre le digo que se tome su tiempo para escucharlo bien,

que lo pruebe en el mayor número de equipos posible. Por supuesto, valoro muchísimo su feedback, porque como ya he comentado en esta entrevista, lo más importante para mí es llegar a la visión del artista. Por eso no limito las revisiones. Normalmente no suelen ser muchas, pero para mí lo fundamental es que el artista quede completamente satisfecho con el resultado final.

¿Qué haces para mantener la objetividad después de muchas horas trabajando sobre un mismo tema?

Normalmente, cuando siento que estoy perdiendo la objetividad después de muchas horas, lo primero que hago es comparar la mezcla o el mastering con la referencia, la demo o la mezcla, según el caso. Cuando detecto fatiga auditiva, suelo parar; esto normalmente ocurre cada dos o tres horas, dependiendo del día. Como llevo muchos años en esto, sé reconocer bien cuándo llego a ese punto. Entonces, para liberar la mente, hago otra cosa: me pongo a cocinar o salgo a

entrenar. Después vuelvo con los oídos más frescos, lo que me permite seguir trabajando con objetividad. Muchas veces, cuando los oídos están cansados, podemos deshacer cosas que en realidad benefician a la música. Por eso, recomiendo conocerse a uno mismo y saber cuándo es momento de descansar, según las necesidades de cada uno.

¿Qué consejo le darías a alguien que está empezando en el mundo del audio, especialmente en mezcla o mastering?

Mi consejo es simple: estudia y practica todos los días. Eso es fundamental en cualquier ámbito de la vida si realmente quieres profundizar en algo. Además, es súper importante acondicionar bien tu estudio para poder escuchar correctamente, porque eso también ayudará a que tus oídos mejoren y te permitirá tomar mejores decisiones en mezcla y mastering.

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