Entrevistamos a Jorge Escribano
“En esta industria hay que esmerarse, ponerle amor a las cosas y creer en lo que haces”
Desde sus inicios organizando eventos en su ciudad natal de Córdoba, España, hasta consolidarse como uno de los nombres destacados de la escena electrónica underground en Europa, Jorge Escribano ha construido una trayectoria sólida que combina pasión y un estilo único. Después de casi una década entre Londres y Berlín, Jorge regresa a España trayendo consigo toda la experiencia y el aprendizaje de dos de las capitales musicales más influyentes del mundo.
Como fundador de Fluyo, su propio sello discográfico, y cofundador de Lirica Archives, una distribuidora que ha sorprendido en la industria, Jorge sigue explorando nuevas formas de conectar con el público a través de la música. Su estilo ecléctico, que combina diferentes géneros y épocas, no solo ha hipnotizado audiencias en Europa, Sudamérica y Asia, sino que también le ha establecido como un artista imprescindible en cualquier evento donde la calidad musical sea prioridad.
Por todo esto y mucho más, este mes le invitamos a nuestras páginas para conocer más acerca de su historia, su presente y sus futuros proyectos.
Bienvenido a Mixmag Spain Jorge. Has pasado por ciudades tan importantes para la música electrónica como Londres y Berlín, y ahora estás de vuelta en España. ¿Cómo influyó cada etapa en tu carrera?
Gracias por recibirme. Londres significó mucho para mí tanto a nivel personal como artístico, me fui con 24 años, dejando atrás la “nube” en la que vivía. Lo que encontré allí fue una revelación: conocí a grandes artistas, muchas fiestas y experiencias que me marcaron profundamente. Antes de eso, solía organizar fiestas en Córdoba medio ilegales, pero lo que viví en Hackney en aquella época me dejó impresionado. La libertad que se respiraba y la riqueza cultural eran únicas, todo eso me inspiró enormemente. Una vez, en una warehouse, cuando llegó la policía para cerrar la fiesta, los organizadores negociaron tres horas más... ¡y aceptaron! Un año después, en una de mis visitas en Córdoba organizamos algo parecido y también vino la policía. Intenté negociarlo al igual que la última vez y me respondieron: “tienes 10 minutos para desalojar, chaval”. Ahí pensé: “vale, Jorge, no estás en Londres, relájate…”.
En lo musical, fue un cambio total; pasé de centrarme en el house a descubrir una explosión de géneros que me abrió la mente. Mi primer año en Londres lo dediqué a trabajar y gastar el dinero en discos, y no me arrepiento de ni una libra invertida. La base de mi colección nació allí. Recuerdo que mi familia me preguntaba si ahorraba algo, y yo les decía que, en realidad, lo estaba invirtiendo. Empecé a conectar con más gente y logré pinchar en varios colectivos importantes de la ciudad. El gran punto de inflexión llegó cuando conocí a Tam, el dueño de Opia, a quien tengo mucho aprecio. Me convertí en residente del colectivo y eso me permitió ser más constante como DJ, fue un periodo de aprendizaje, crecimiento y muchas oportunidades.
En cuanto a España, mi relación siempre ha sido de amor y odio. Todo mi pasado aquí forma parte de quién soy hoy, pero si echo la vista atrás, recuerdo que mis comienzos en Córdoba no fueron fáciles. La forma en la que trabajaba con algunos locales y promotores era pésima. En muchos casos, sentía que se aprovechaban de aquel chaval que solo quería pinchar y disfrutar de la música. Supongo que es algo típico cuando estás empezando, todos pasamos por esa etapa de no saber poner límites y no valorar nuestro trabajo, pero pasan los años y sigo observando dinámicas similares en la escena. Existe una parte tóxica que parece difícil de erradicar: falta de profesionalidad, poca valoración por el esfuerzo de los artistas y actitudes que frenan el desarrollo de la música y la cultura en general.
A pesar de todo, es parte de mi camino. Estas experiencias me enseñaron muchísimo, y creo que también me impulsaron a buscar nuevos horizontes y a construir mi carrera con otra mentalidad.
Berlín es, sin duda, mi presente; el lugar donde me he consolidado como artista, he pulido mi sonido y he encontrado una gran inspiración. Para mí, Berlín es un lugar imprescindible, no solo para los amantes de la música, sino también para los apasionados del arte en general. La ciudad tiene una energía única.
He pasado muchas horas en clubs o disfrutando de afters, charlando con artistas de mi generación que comparten la misma pasión por la música y están igual de locos. Esos momentos de intercambio y de conexión son los que hacen que Berlín sea tan especial para mí. La ciudad es un referente para muchos artistas, y eso también ha sido clave para darme a conocer. No quiero perder la oportunidad de mencionar a la familia de Slow Life, fue la primera fiesta que me invitó al llegar, y desde entonces siempre me han apoyado incondicionalmente. Su confianza en mí ha sido una pieza fundamental en mi carrera en Berlín, y me siento muy agradecido por el apoyo constante que me han brindado.
Hablando de tus raíces, Córdoba fue el lugar donde todo comenzó. ¿Qué recuerdas de esos primeros años organizando eventos allí?
Como mencioné antes, hay una parte negativa, pero si pienso en mis primeros años, solo me sale una sonrisa. Todo comenzó cuando me interesé por pinchar cuando tenía 16 años; apenas había espacios donde pudiera meter la cabeza y poner algo de música así que, cansado de pinchar en casa durante años, junto a un grupo de amigos empezamos a organizar nuestras propias fiestas en el campo, sin saber ni siquiera qué era exactamente lo que estábamos haciendo.
Aquellas raves fueron un éxito inesperado; recuerdo un verano en el que organizamos varias, y mucha gente que salía de los clubs venía a nuestras fiestas a seguir. Creamos un movimiento en la ciudad; nuestras raves dieron mucho de qué hablar y todavía se recuerdan. Fue en ese momento cuando un colectivo importante de Córdoba me escuchó por primera vez, lo que me llevó a pinchar en la Sala Metrópolis, una de las más destacadas de Andalucía y España.
Curiosamente, algunos de los artistas que pasaron por esa sala terminaron siendo una gran inspiración para mí. En aquel momento, por mi falta de experiencia, no entendía la magnitud de lo que vivía, pero con el tiempo aprendí a valorar esos encuentros.
Córdoba siempre tuvo grandes artistas, y muchos fueron clave en mi desarrollo: Cecilio de Slow Life, el investigador musical Juani Cash, o mis propios amigos con quienes formamos el colectivo South Soul. Ellos fueron quienes realmente me ayudaron a ampliar mi visión y a entender el verdadero potencial de la música.
Mencionaste anteriormente a Tam, tu socio en Lirica. ¿Cómo nació la idea de la distribuidora y qué desafíos enfrentaste al comenzar este proyecto?
Siempre estuve muy centrado en mi carrera, a veces incluso un poco cegado. La idea de crear Lirica surgió de forma espontánea cuando Tam me lo propuso. Sin pensarlo mucho, le dije: "¿por qué no?”. En ese momento el sello de Opia iba muy bien, con discos exitosos y cada vez más promos. Tam, que ya tenía algunos sellos activos, planteó la idea de distribuir la música de forma independiente. Al revisar todo el material que teníamos nos dimos cuenta de que podíamos lanzar hasta seis sellos al mismo tiempo. Fue emocionante, pero también estresante. No sabíamos exactamente en qué nos metíamos; todo fue más por impulso y pasión que por estrategia.
Dos años después, puedo decir que hemos crecido mucho: contamos con más de 50 sellos y hemos superado dificultades propias de la inexperiencia y de un mercado complejo. La escena es pequeña, y el mundo del vinilo aún más. A pesar de los retos, estamos orgullosos del camino recorrido y del impacto que hemos logrado, aunque sabemos que aún tenemos mucho por aprender.
Lirica Archives se ha ganado un nombre dentro de la escena. ¿Qué diferencia a tu distribuidora de otras y cuál es la filosofía detrás de este proyecto?
Sinceramente, no sé decir exactamente qué es lo que nos diferencia de otras. Hay grandes distribuidoras y muchísimos sellos de calidad con gente increíblemente buena trabajando en este mundo. Debido a la gran cantidad de trabajo que conlleva, y a lo centrado que estoy tanto en mi carrera personal como en Lirica, no tengo mucho tiempo para pensar en lo que realmente estamos haciendo. Simplemente voy fluyendo, como el nombre de mi propio sello, Fluyo (risas).
Si hay algo que destacaría, es que solo trabajamos con amigos. He tenido la suerte de conocer a artistas excepcionales y gente muy talentosa. Muchos de ellos sintieron la misma necesidad de compartir su visión de la música a través de sus sellos, y así, poco a poco, más amigos se fueron sumando al proyecto. Gracias a ellos, estoy muy orgulloso del roster que tenemos hoy. La esencia de Lirica siempre ha sido esa: una comunidad de amigos unidos por una pasión en común.
Obviamente, intento dirigir la dirección artística a través de algunos sellos personales dentro de Lirica. Hay cosas que me pueden gustar más o menos, pero si algo he aprendido en esta escena es que no hay cosas ni mejores ni peores, simplemente hay gustos y oídos diferentes, algunos más refinados que otros, pero al final, lo que importa es la diversidad de sonidos y perspectivas que aportan todos los artistas con los que trabajamos.
Hablando de Fluyo, lanzaste el sello el pasado año 2023 y ya ha generado mucha atención. ¿Qué más nos puedes contar acerca de la plataforma?
FLUYO es mi pequeña vía de escape. Es donde saco la música que realmente me toca el corazón, sin pensar en si encajaría con las tendencias del momento o no. Mi única esperanza es que, dentro de 10 años, la gente siga comprando estos discos porque sigan siendo especiales. He lanzado todo tipo de música: electro, techno, trance, progressive,… Incluso puro house, y puede que para algunos la línea que sigo sea algo extraña. Pero al final, todo eso refleja mi propia evolución musical. No busco que tenga sentido para los demás, sino que tenga coherencia con la visión que yo tengo.
Ahora que estás basado nuevamente en España, ¿cómo te imaginas tu próximo año en cuanto a proyectos y actuaciones?
Tengo muchos planes para 2025; hay varios tours programados y en Barcelona estoy uniendo fuerzas con grandes amigos que comparten la misma pasión y ganas. Juntos vamos a abrir un espacio para Lirica, además de otro proyecto emocionante que anunciaremos próximamente.
¿Cómo es tu relación con Esmero, tu agencia de bookings? Además de la excelente calidad de artistas en su roster, ¿qué más puedes destacar?
Esmero ha sido una oportunidad que no me esperaba. Siempre me gestioné todo yo mismo, y aunque siempre me encontraba con ciertas limitaciones, estaba contento con lo que iba logrando. Sin embargo, cuando conocí a Asia —una gran artista y la mente detrás de Esmero— supe que, si alguna vez trabajaba con alguien, tenía que ser con ella. La visión que tiene sobre la música, la escena y las fiestas es increíble. Estoy aprendiendo muchísimo con ella, y veo su labor como algo fundamental para nuestro mundo. Es una gran inspiración y estoy muy contento de poder estar a su lado. Además, cuando vi el increíble roster que acompaña a Esmero, obviamente no pude decir que no.
Por cierto, debo decir que me encanta la palabra "esmero". En esta industria hay que esmerarse, ponerle amor a las cosas y creer en lo que haces. Esa filosofía es algo que compartimos y que también define lo que intento transmitir con mi música y mi trabajo.
Ha sido unplacer conocer más sobre tu trayectoria, tus proyectos y esa pasión que le pones a todo lo que haces. Te deseamos todo el éxito en tus futuros proyectos, y estaremos atentos a todo lo que venga de Lirica, Fluyo y, por supuesto, de ti como artista.
Muchas gracias a vosotros por el espacio, siempre es bonito reflexionar sobre el camino recorrido y compartir un poco de lo que hay detrás de la música. ¡Nos vemos en la pista o en algún buen after!
JORGE ESCRIBANO
"In this industry, you need to strive, put love into what you do, and believe in yourself"
From his beginnings organizing events in his hometown of Córdoba, Spain, to establishing himself as one of the prominent names in the European underground electronic scene, Jorge Escribano has built a solid career grounded in passion and a unique style. After nearly a decade spent between London and Berlin, Jorge returns to Spain, bringing with him the experience and lessons learned in two of the most influential music capitals in the world.
As the founder of Fluyo, his own record label, and co-founder of Lirica Archives, a distributor making waves in the industry, Jorge continues to explore new ways to connect with audiences through music. His eclectic style, blending various genres and eras, has captivated audiences across Europe, South America, and Asia, making him an essential artist at any event where musical quality is paramount.
For all this and more, we invited Jorge to our pages this month to learn more about his journey, present, and future projects.
Welcome to Mixmag Spain, Jorge. You’ve lived in key cities for electronic music, like London and Berlin, and now you’re back in Spain. How did each stage influence your career?
Thank you for having me. London meant a lot to me both personally and artistically. I left for London at 24, leaving behind the "bubble" I was living in. What I found there was a revelation: incredible artists, amazing parties, and experiences that profoundly shaped me. Before that, I used to organize semi-illegal parties in Córdoba, but what I experienced in Hackney at the time left me in awe. The freedom and cultural richness were unmatched, and all of that inspired me greatly.
I remember one time at a warehouse party, when the police came to shut it down, the organizers negotiated three more hours... and they agreed! A year later, during one of my visits to Córdoba, I organized something similar, and when the police showed up, I tried the same negotiation tactic. They replied, "You’ve got 10 minutes to clear out, kid." At that moment, I thought, "Alright, Jorge, this isn’t London, relax…"
Musically, it was a total shift; I went from focusing on house to discovering an explosion of genres that broadened my horizons. My first year in London was spent working and spending all my money on records, and I don’t regret a single penny. The foundation of my collection was built there. I remember my family asking me if I was saving anything, and I’d tell them I was actually investing. I started connecting with more people and managed to play for several important collectives in the city. The big turning point came when I met Tam, the owner of Opia, whom I hold in high regard. I became a resident of the collective, which allowed me to gain consistency as a DJ. It was a period of learning, growth, and many opportunities.
As for Spain, my relationship with it has always been a love-hate one. All my past here is part of who I am today, but looking back, I remember my early days in Córdoba were far from easy. The way I worked with some venues and promoters was awful. In many cases, I felt taken advantage of as a young guy who just wanted to DJ and enjoy music. I guess that’s typical when starting out; we all go through that stage of not knowing how to set boundaries or value our work. Yet, even now, I observe similar dynamics in the scene. There’s a toxic side that seems hard to eradicate: a lack of professionalism, little appreciation for artists’ efforts, and attitudes that hold back music and culture.
Despite everything, it’s part of my journey. These experiences taught me a lot and pushed me to seek new horizons and build my career with a different mindset.
Berlin is, without a doubt, my present—the place where I’ve solidified myself as an artist, refined my sound, and found immense inspiration. For me, Berlin is essential, not just for music lovers but for art enthusiasts in general. The city has a unique energy.
I’ve spent countless hours in clubs or enjoying afterparties, chatting with artists from my generation who share the same passion for music and are just as crazy. Those moments of exchange and connection are what make Berlin so special to me. The city is a benchmark for many artists, which has also been key in gaining exposure. I can’t miss the chance to mention the Slow Life family—it was the first party to invite me when I arrived, and they’ve supported me unconditionally ever since. Their trust in me has been a cornerstone of my career in Berlin, and I’m deeply grateful for their ongoing support.
Speaking of your roots, Córdoba is where it all began. What do you remember about those early years organizing events there?
As I mentioned earlier, there’s a negative side, but when I think of those early years, all I can do is smile. It all started when I became interested in DJing at 16. There were hardly any spaces where I could play music, so after years of practicing at home, my friends and I started organizing our own parties in the countryside without even knowing what we were really doing.
Those raves were an unexpected success. I remember one summer when we organized several, and people leaving the clubs would come to our parties to continue. We created a movement in the city; our raves were widely talked about and are still remembered. It was then that a major collective in Córdoba heard me play for the first time, leading me to perform at Sala Metrópolis, one of the most prominent venues in Andalusia and Spain.
Ironically, some of the artists who played at that venue became a huge inspiration for me. At the time, due to my lack of experience, I didn’t grasp the significance of what I was living, but over time, I learned to appreciate those encounters. Córdoba has always had great artists, and many were instrumental in my growth: Cecilio from Slow Life, musical researcher Juani Cash, and my own friends with whom I formed the South Soul collective. They truly helped me broaden my perspective and understand the true potential of music.
You previously mentioned Tam, your partner at Lirica. How did the idea for the distributor come about, and what challenges did you face when starting this project?
I was always very focused on my career, sometimes even a bit blinded by it. The idea to create Lirica came about spontaneously when Tam proposed it to me. Without thinking much, I said, "Why not?" At that time, Opia's label was doing very well, with successful records and increasing promos. Tam, who already had a few active labels, suggested the idea of distributing music independently. When we reviewed all the material we had, we realized we could launch up to six labels at the same time. It was exciting but also stressful. We didn’t know exactly what we were getting into—it was driven more by impulse and passion than by strategy.
Two years later, I can say we’ve grown a lot: we now have over 50 labels and have overcome challenges stemming from inexperience and the complexities of the market. The scene is small, and the vinyl world even smaller. Despite the hurdles, we’re proud of the path we’ve taken and the impact we’ve made, though we know there’s still a lot to learn.
Lirica Archives has made a name for itself in the scene. What sets your distributor apart from others, and what’s the philosophy behind the project?
Honestly, I can’t say exactly what sets us apart. There are great distributors and many quality labels with incredibly talented people working in this world. Given the workload involved, and how focused I am on both my personal career and Lirica, I don’t have much time to think about what we’re really doing. I just go with the flow, like the name of my own label, Fluyo (laughs).
If there’s one thing I’d highlight, it’s that we only work with friends. I’ve been lucky to meet exceptional artists and very talented people. Many of them felt the same need to share their vision of music through their labels, and little by little, more friends joined the project. Thanks to them, I’m very proud of the roster we have today. The essence of Lirica has always been that: a community of friends united by a shared passion.
Of course, I try to guide the artistic direction through some personal labels within Lirica. There are things I might like more or less, but if there’s one thing I’ve learned in this scene, it’s that there’s no such thing as better or worse—there are simply different tastes and ears, some more refined than others. In the end, what matters is the diversity of sounds and perspectives that all the artists we work with bring to the table.
Speaking of Fluyo, you launched the label last year in 2023, and it’s already gained a lot of attention. What more can you tell us about the platform?
FLUYO is my little escape route. It’s where I release the music that truly touches my heart, without worrying about whether it aligns with current trends or not. My only hope is that, 10 years from now, people will still be buying these records because they remain special.
I’ve released all kinds of music: electro, techno, trance, progressive… even pure house. And maybe to some, the path I’m following seems a bit unusual. But in the end, it all reflects my own musical evolution. I’m not looking for it to make sense to others; I want it to stay true to the vision I have.
Now that you’re based in Spain again, how do you envision the next year in terms of projects and performances?
I have big plans for 2025; several tours are already lined up, and here in Barcelona, I’m joining forces with great friends who share the same passion and drive. Together, we’re opening a space for Lirica, along with another exciting project that we’ll be announcing soon.
What’s your relationship like with Esmero, your booking agency? Beyond the outstanding quality of artists on their roster, what else stands out to you?
Esmero was an opportunity I didn’t see coming. I’ve always managed everything on my own, and even though I encountered certain limitations, I was happy with what I was achieving. However, when I met Asia—a fantastic artist and the mind behind Esmero—I knew that if I ever worked with someone, it had to be with her. Her vision of music, the scene, and events is incredible. I’m learning so much from her, and I see her work as fundamental to our world. She’s a huge inspiration, and I’m very happy to be by her side.
Also, when I saw the amazing roster that comes with Esmero, I obviously couldn’t say no.
By the way, I have to say I love the word esmero ("care" or "diligence" in English). In this industry, you have to put care into everything, pour love into what you do, and believe in your craft. That philosophy is something we share and that I also try to convey through my music and my work.
It’s been a pleasure learning more about your journey, projects, and the passion you pour into everything you do. We wish you all the success with your future endeavors, and we’ll be keeping an eye on everything coming from Lirica, Fluyo, and, of course, you as an artist.
Thank you so much for giving me this space. It’s always nice to reflect on the road traveled and share a little of what’s behind the music. See you on the dance floor—or at a good afterparty!