Entrevista con Charlie Sparks
De estudiante de arquitectura a figura clave del techno más explosivo, Charlie Sparks ha construido su carrera con la misma precisión con la que un arquitecto diseña sus estructuras: equilibrando emoción, ritmo y forma. Con raíces británicas y japonesas, y una energía que se alimenta tanto de la disciplina como de la rave, Sparks ha sabido transformar la pista de baile en su verdadero hogar. Tras conquistar escenas de todo el mundo con su estilo inconfundible —una mezcla de potencia, crudeza y sensibilidad sonora— el artista se prepara para lanzar su esperado álbum debut, una obra que promete condensar todas las emociones vividas en sus años de intensa evolución.
Charlie, tu sonido se ha vuelto sinónimo de explosividad. ¿Cómo describirías la evolución de tu estilo desde “Welcome to London” hasta tus últimos lanzamientos como “Back From the Baker” o “Old School Love”?
Siempre me ha gustado mezclar e intercambiar géneros, de la misma manera que la arquitectura usa diferentes materiales para crear una pieza final. También intento generar esa emoción explosiva que te enciende desde dentro. “Welcome to London” fue la culminación de todas las emociones, experiencias y culturas que había vivido hasta ese momento. Cuatro años después, tras giras interminables, conocer distintos países, momentos y sentimientos, he evolucionado como persona. Quería reflejar esta nueva versión de mí mismo sin dejar de ser fiel a mis raíces, porque el núcleo de una persona nunca cambia realmente. Se trataba de fusionar la crudeza y agresividad de mi yo anterior en una pista más pulida, directa y con un bajo más potente, “Back From the Baker”.
Con “Old School Love”, quise mezclar todas mis emociones positivas y felices en un himno lleno de adrenalina que resonara en cualquier pista de baile. Los últimos cuatro años han sido de adaptación, y así es como cualquier ser evoluciona. Las diferencias entre mis temas demuestran mi capacidad para adaptarme a cualquier emoción, lugar o experiencia, manteniendo mi esencia intacta, algo que puede perderse fácilmente con el tiempo en esta vida tan loca.
“Back From the Baker” marcó tu regreso al estudio tras años de giras constantes, y lo celebraste con una pop-up rave sorpresa en una panadería del este de Londres. ¿Cómo surgió esa idea y qué querías transmitir con una experiencia tan inmersiva?
Rápidamente me di cuenta de que mi nuevo hogar en esta vida caótica es cuando estoy con mi comunidad y en la pista de baile. Sin embargo, el hogar siempre será el hogar, y quería celebrar mi regreso al estudio y darle a “Back From the Baker” la atención que merecía, celebrándolo en el lugar donde pasé toda mi vida antes. El objetivo principal era que todos experimentaran la panadería de Charlie, donde todo es dulce, la gente es feliz y la música es tan sabrosa que quieres volver. La experiencia trataba de unión y espontaneidad, porque ahí es donde ocurre la magia. ¿Qué hay más espontáneo que una comunidad de personas felices y agradables reuniéndose en una panadería del este de Londres un martes cualquiera para lo que creo que fue una de las mejores y más energétis raves que he vivido?
Has convertido los pop-up raves y los lanzamientos de merchandising en una verdadera firma de tu marca. En el ADE lo hiciste de nuevo con gran éxito. ¿Qué papel juega esto en tu conexión con los ravers?
Como arquitecto, la conexión proviene del espacio y su creación; para lograr algo íntimo necesitas un espacio cerrado. Para un músico, la conexión nace de la música y de cómo resuena con su comunidad. Para una marca o para la moda, la conexión viene de la ropa y de formar parte de algo más grande. Así como mezclo mucha música y culturas en mi trabajo, quise combinar todos los aspectos que me permiten estar lo más cerca posible de mi comunidad, porque los amo: sus sentimientos y su mentalidad. Esta fue la mejor forma de mostrar mi agradecimiento por lo que hemos creado, y esto es solo el comienzo.
Además, es muy divertido, y mi objetivo principal en la vida es divertirme y vivir momentos mágicos y aleatorios con los demás.
En 2020, “Welcome to London” dejó huella durante la pandemia. ¿Eras consciente del impacto que tendría en la evolución del techno más rápido y energético? ¿Cómo viviste ese momento?
No era consciente hasta ese punto (risas). Solo era un chico joven, ingenuo y lleno de pasión, sentado en la casa de mis padres, haciendo lo que sentía, sin darme cuenta de lo diferente que era de lo que existía en ese momento. En aquel entonces, el rango de BPM estaba entre 128 y 133, y a mí siempre me ha gustado romper límites, así que lo hice a 145.
El momento en que me di cuenta de su impacto fue cuando empecé a ir de gira y pude sentir y ver la diferencia entre lo que yo tocaba y producía frente a otros artistas. Siempre me ha gustado ser diferente; ser igual que los demás siempre me ha asustado, y eso confirmó mis principios, así que fue una sensación increíble.
Tus producciones recientes muestran una fusión de drum & bass, trance y hardstyle temprano, pero también una madurez sonora. ¿Qué ha cambiado en tu enfoque de producción en los últimos tres años?
Para mí, todo se trata de perfeccionarse, de ser el mejor en cualquier tarea y encontrar la mejor solución. Esto solo se logra con prueba y error. Como en cualquier diseño, creas y luego evalúas lo hecho para ver cómo mejorarlo y refinarlo hasta crear el arte perfecto que te defina como persona y exprese tus emociones.
Ahora también comprendo la vida detrás de la pista de baile, no solo la vista desde ella. Esto me ha abierto mucho la mente y ha cambiado mi manera de entender por qué y para qué hago música.
Estudiaste arquitectura antes de dedicarte por completo a la música. Has dicho que ambas disciplinas comparten la capacidad de “controlar emociones y diseñar atmósferas”. ¿Cómo aplicas esa mentalidad arquitectónica al construir tus sets o tus temas?
Así como el espacio y los materiales se usan en la arquitectura, yo uso el sonido para crear emociones en el oyente.
El equilibrio, la proporción, el ritmo, el movimiento, la armonía y el contraste son los fundamentos de la arquitectura. La forma en que abordas cada aspecto refleja las emociones que sentirá el usuario, y aplico esa mentalidad a mis producciones. Un edificio siempre necesita una base fuerte y bien diseñada que sostenga el resto, lo que para mí sería el kick. Las paredes serían el bajo; luego añades el interior, que sería la percusión y el ritmo. Después puedes diseñar la fachada añadiendo una gama de sintetizadores y melodías para generar la emoción que quieras transmitir.
Has confirmado que tu álbum debut saldrá el próximo año. ¿Qué puedes contarnos sobre este proyecto? ¿Qué emociones quieres transmitir con él?
Todas (risas). Honestamente, no puedo expresar cuántas emociones he vivido durante estos cuatro años de giras e inmersión en este nuevo mundo. Algunas ni siquiera sabía que existían. Es una sensación indescriptible descubrir una emoción nueva después de 27 años.
El álbum está lleno de distintos estilos, porque nunca vives la vida con una sola emoción. Quiero mostrarle a la gente que puedes ser expresivo y artista sin seguir lo que está de moda ni lo que otros consideran bueno. Puedes pensar de manera diferente, porque si no te sales de lo convencional, nunca experimentarás la vida ni te entenderás a ti mismo.
Tienes raíces británicas y japonesas, dos culturas con enfoques muy distintos hacia la estética y el sonido. ¿Cómo influye esa mezcla en tu identidad artística?
Una cultura se trata de diversión, desenfreno, rudeza y energía cruda; la otra es suave, delicada y precisa. Esa mezcla básicamente me define: un perfeccionista lleno de energía, rápido y apasionado.
Vivir entre dos culturas tan opuestas me ha permitido comprender un amplio espectro de emociones y experiencias. Cuantas más puedas sentir y vivir, más herramientas tendrás para expresar tu arte.
Has anunciado tu regreso a Colombia para Año Nuevo, con shows en Bogotá y Medellín. Considerando que tu primera gira fue allí, ¿qué significa para ti volver al país donde todo comenzó?
Significa todo para mí, y siento que todo encaja perfectamente. Colombia siempre está en mi corazón; es una parte de mí. Me hizo quien soy hoy. La gente, la energía y el amor que recibí allí como DJ principiante fueron increíbles. No había pretensiones ni negatividad, solo apoyo puro hacia un chico joven que viajó a otro continente para compartir su pasión.
Estoy muy emocionado por volver a sentir ese amor y devolver el mío, de vivir ese momento mágico de nuevo y comenzar 2026 con la energía más intensa imaginable. No hay mejor forma de entrar en 2026.
La escena rave ha cambiado mucho en los últimos años, con una generación que busca experiencias más crudas, rápidas y emocionales. ¿Cómo ves la evolución del público y la nueva ola de artistas?
El público cambia constantemente, mucho más rápido que antes, y creo que eso se debe a que la música ya no tiene límites. Todo está entrelazado, ofreciendo más variedad y llegando a más personas. Los artistas también emergen a edades más tempranas, lo cual me parece genial, porque les da más tiempo para descubrir quiénes son mientras tocan y exploran cada fin de semana. Cuando eres joven, eres más ingenuo y valiente, y eso es algo muy bueno. Esto se refleja en los nuevos artistas que vemos hoy: no tienen miedo de romper barreras ni de tocar la música que quieren, sin quedarse en un solo estilo solo porque alguien les dijo que así debía ser, tal como yo cuando empecé y quise inspirar a otros a pensar igual.
España parece tener una conexión especial contigo. Sorprendiste a todos con tu remix de “Mari Carmen” de La Pegatina, algo que encantó a los ravers españoles. ¿Qué puedes contarnos sobre esa conexión con tu público español?
La conexión es pura. Siempre he amado España: su cultura, idioma y gente. Tiene una mentalidad bonita y alegre, y les encanta la fiesta. Creo que somos bastante parecidos. Festivales como Monegros siempre han llevado la rave al límite, creando un mundo loco donde simplemente puedes disfrutar de la vida. Estás horas en un desierto, dentro de un avión, todos saltando juntos y compartiendo energía.
La conexión con “Mari Carmen” también vino de una experiencia personal, cuando estuve en el festival Magdalena, en un pequeño pueblo cerca de Valencia llamado Castellón. Es su fiesta anual y escuché el tema tocado por una banda; supe al instante que quería hacer mi versión y compartirla con la comunidad española para mostrar cuánto los aprecio. Y, por supuesto, amor para La Pegatina por la colaboración oficial: sois los mejores.
Has publicado en EXHALE y NINETIMESNINE, donde tus temas “Tatakai” y “Kaizoku” siguen siendo los más escuchados de cada recopilatorio. ¿Cómo creas algo único en un VA y cuál es el secreto del éxito cuando compartes espacio con tantos buenos artistas?
Todo se trata de ser único, tener tu propio estilo y pensar con originalidad. Si escuchas ambos temas, son completamente diferentes de lo que se hacía en la escena en ese momento. “TATAKAI” es un tema de bajo invertido, tipo reverse bass, que no sonaba como el techno normal de entonces, y “Kaizoku” es una pista energética, tipo psy, con influencias de hardstyle que nunca se habían escuchado dentro del techno de ese tiempo, aunque ahora están presentes en casi todos los temas de hard techno actuales.
Sé fiel a ti mismo, crea sin límites y experimenta, porque el proceso no tiene que ser perfecto. Simplemente crea algo y luego mejóralo. Todo lo que haces entre el inicio y el resultado es lo que forma al artista, no la obra en sí.
Tu carrera avanza a un ritmo imparable — giras, lanzamientos, pop-ups, proyectos visuales… ¿Cómo logras mantener el equilibrio y cuidar tu salud entre la vida personal y la artística?
Todo fue gracias a mi mánager, Beatrice (risas). Antes, no podía decir que fuera precisamente saludable. Vivía la vida, sí, sin duda, pero no de forma sana. Me alegra haber vuelto al deporte y a cuidarme, porque así era yo antes de todo esto: me encantaba jugar al fútbol, practicaba atletismo a nivel competitivo y hacía BMX cada fin de semana.
El equilibrio es clave, y creo que la mejor forma de lograrlo es saber cuándo elegir tus batallas. Siempre hay tiempo para divertirse, así que mientras equilibres el trabajo y la diversión, tu salud mental y física estará bien.
Pasar de una vida estudiantil y una rutina regular a girar por el mundo y vivir de la música es un cambio enorme. ¿Cómo afrontaste esto y cómo logras mantener los pies en la tierra?
La transición de una vida normal y rutinaria al núcleo de la industria fue una de las batallas más difíciles que he tenido que enfrentar en mi carrera musical, y aún hoy sigo gestionándola. Las semanas se invierten, los patrones de sueño desaparecen y el entorno en el que te ves inmerso es completamente diferente a cualquier cosa que hayas vivido antes.
He descubierto que la diferencia clave entre un artista que se quema y uno que sabe manejar la presión está en las personas que le rodean. Por eso, tengo un enorme amor y aprecio por mi círculo más cercano de confianza, que incluye a mi familia y a mis verdaderos amigos.
También valoro mucho mis estudios de arquitectura. Me enseñaron la importancia de la disciplina, y a menudo me sorprendo aplicando los mismos procesos de pensamiento y enfoques que aprendí entonces para desenvolverme en mi carrera musical y afrontar nuevas situaciones.
Por último, si pudieras definir lo que viene para Charlie Sparks en 2026 en una frase, ¿cuál sería?
Una versión nueva, renovada y superándome a mí mismo. Se viene una mejora. Sigo intentando refinarme cada día, mejorar como persona y artista. El próximo año será aún más explosivo y espontáneo.
Viene mucha música nueva porque quiero que mi comunidad sienta más y conecte más conmigo, con quien soy realmente y con lo que quiero expresar. La música es la mejor forma de transmitir esas emociones.
Esto es solo el comienzo; tengo mucho más para vosotros. El viaje apenas empieza; confiad en mí, será increíble.
Así que acompáñenme en este viaje y disfrutemos juntos de esta vida.
