El extraordinario legado de Jose Padilla.
Balearic Resistance.
Ayer me levanté realmente tocado. Soy muy poco mitómano y normalmente no me afecta personalmente que un artista nos deje. Me lo tomo con frialdad. Nada impostado. Nada de colgar homenajes gratis. Pero con la muerte de José Padilla me he encontrado triste; afligido. Con una sensación de pérdida. Con la voz rota cuando me disponía a mandarle un mensaje de voz a Yawä Zë, algo así como el escudero de Jose estos últimos años. Durante su vida Jose se encargó de eso. De tocar nuestro corazones, así, con el dedo; “toc, toc”.
Decía ayer Valentín Huedo, discípulo cercano del maestro, que sentía que se había acabado un ciclo. Eso siento yo. Siento que Padilla se va llevándose algo. Algo muy grande. Después de pensar, de leer las muestras de cariño en redes y prensa y de hablar con allegados u otros periodistas, uno se da cuenta de que posiblemente el legado de Padilla sea uno de los mayores de la historia de la música “electrónica”. Me comentaba Andy Wilson, que ha estado al lado de Padilla estos últimos días, que “posiblemente el legado de Jose esté a la altura del de Andy Weatherall”, de una manera diferente, claro está, “hacer bailar a una pista puede ser más o menos fácil, pero ponerle banda sonora a la puesta de sol, tener esa sensibilidad para crear un viaje, eso lo hizo Padilla por primera vez” y desde entonces muy pocos lo han sabido hacer. Padilla le puso música a algo más grande que nosotros mismos: ponerle banda sonora al “King Ra”, como él decía. Hace poco un servidor escribía en los agradecimientos de “Balearic: Historia oral de la cultura de club en Ibiza” (que firmo junto a Luis Costa en Editorial Contra) que para mí, ponerle banda sonora al sunset es lo más cercano que estoy como humano de acercarme al universo. Y eso es gracias a José Padilla.
Ayer al mediodía pude hablar finalmente por teléfono con Yawä. Horacio M. Alvárez, que así se llama, había dormido poco. “Ha sido un verano duro. Y esta última semana todo se ha precipitado de repente. Jose se ha ido muy rápido. Ha sido como si lo hubiera calculado. Como si no hubiera querido molestar”. Jose había sido diagnosticado de cáncer de colon hacía cuatro meses y después de la operación parecía que los doctores no lo tenían del todo claro, pero aun así Jose se disponía a empezar la recuperación y planeaban llevarlo a casa y continuar con sus planes de futuro inmediato. Padilla estaba preparando el lanzamiento de una plataforma junto a Yawä Zë y Anil Lal llamada “Balearic Resistance”. Toda una declaración de intenciones. Y digo plataforma porque no es solo un sello donde tengan cabida todo tipo de géneros y experimentos. Es algo con una filosofía detrás, eso que a mí me gusta llamar “balearic state of mind”.
Me comentaba Horacio que tenían ya varios bolos apalabrados para el futuro, en lugares especiales, fuera de los circuitos habituales. Jose, con Balearic Resistance, estaba a la búsqueda de la quintaesencia. Yo he tenido gente que me venía llorando a la cabina, a darme las gracias. Madre e hija llorando como dos magdalenas. Yo mismo he llorado en la cabina, y me he tenido que agachar para que la gente no me viera. Que de golpe y porrazo te caigan los lagrimones... Todo aquello fue tan auténtico, tan real… Mira lo que es, todavía. Cuando algo es auténtico, tiene un source, es real, tiene esencia.... Es una semilla bien plantada” me confesaba Padilla en la entrevista que le hice para “Balearic”. Una semilla que ha crecido tanto que puede que los árboles no nos dejen ver el bosque. Y más abajo en este artículo sobrevolaremos ese bosque para que veáis hasta dónde llega.
Aquel día del verano de 2018 estuve charlando casi tres horas con él. Franco, deslenguado, divertido, cascarrabias, entrañable y sobre todo muy auténtico. Pero también rencoroso y orgulloso, con el ego que un personaje así puede tener pero a su vez al margen del mito, del glamour y de las etiquetas. Alguien realmente apasionado por la música y por los discos. “Jose podía hacerse colega de cualquiera y hablarle igual a un rico que al fontanero” decía Yawä. Esa manera de hablar de Padilla me hacía mucha gracia. Y en aquella entrevista me reí varias veces, incluso con alguna historia truculenta. Y es que Padilla tenía algunos pasajes realmente jodidos de su historia. “No soy médico, pero ese orgullo, ese stress, toda esa historia de los juicios con Café del Mar creo que tuvieron que ver con su enfermedad”. A mí no me cabe duda. Esa sensibilidad para emocionarte, esa intensidad para llevarte de un lado al otro en sus sesiones, producciones o compilaciones... Esa intensidad la sentía en sus entrañas, en sus emociones del día día. Uno es genio, pero tiene que pagar un precio por ello.
Poco después de esa entrevista me escribió para decirme que no quería participar en el libro. Que últimamente había dicho que no a cualquier entrevista sobre su pasado. Luego me volvió a escribir para decirme que sí, que vale, que le disculpara pero que no estaba pasando una buena época. Hace un año recibí un mail suyo: "Christian, tengo una idea para un libro para retirarnos. Tú mismo!". Quería escribir sus memorias. Hace cuatro meses conseguí hablar con él por teléfono. Me dijo que llevaba algunos días que no podía comer, que se iba al hospital. Que ya hablaríamos.
Maestro, te has retirado demasiado pronto!
Christian Len.
EL LEGADO DE JOSÉ PADILLA
Es facilón postrarse a los pies de alguien que se ha ido. Venerar su obra y rendirle homenaje. Magnificarla. Quizá ustedes puedan juzgar desde fuera si aquí pecamos de exagerados, pero lo cierto es que el legado de José Padilla va mucho más allá de lo que se pudiera pensar. Es extraordinario por varias razones.
José Padilla llegó de Barcelona, como mucha gente que llegó a Ibiza en los 70, buscando algo nuevo, buscando libertad y escapando del pasado. Allí consolidó una carrera de DJ que había empezado en Barcelona y en el moderno Lloret de Mar de los 70. En la isla entre finales de los 70 y finales de los 80 pinchó en Es Paradís, Manhattan o Nightlife pero no sería hasta el 90 cuando empezaría la andadura que le llevaría al éxito internacional. En la entradilla del capítulo llamado “Sunset” en Balearic introducimos: “Hay un pequeño chiringuito en San Antonio que se llama Café del Mar donde ha empezado a pinchar José Padilla. Lleva tiempo grabando sesiones y vendiéndolas en los mercadillos de la isla, en Es Canar y en Las Dalias. También vende cintas de sesiones grabadas de Pippi, Alfredo o César de Melero, y se las quitan de las manos. En el Café del Mar pincha una selección del Balearic más ambiental y reposado, una deliciosa banda sonora para la puesta de sol. Todavía no lo sabe, pero acaba de crear un nuevo género musical —el chill out— que será recibido con los brazos abiertos por la industria musical.” Este párrafo resume la importancia del legado de Jose.
Primero como un visionario que ve en la grabación de las sesiones de aquel momento histórico un filón. El registro de esas sesiones de Djs para la posteridad daría paso a las compilaciones que se convirtieron en un fenómeno global. Respecto a ello DJ Pippi recordaba: “Cualquiera que venía a Ibiza tenía una cinta de Pacha o de donde sea. Se convirtió en un business, teníamos cajones enteros llenos de casetes grabados con sesiones. Teníamos una máquina haciendo todas las copias posibles, trabajando Constantemente, día y noche. Y José tiene que ver directamente e indirectamente con esta historia. Conserva todos los masters de todas nuestras grabaciones. Solo él las guarda. Él forma parte de lo que fue un fenómeno en Ibiza.” Efectivamente, en algún lugar de Ibiza hay un tesoro guardado con todos esos masters de sesiones. Y hay alguien que sabe dónde está. Y espero que en breve empiecen a salir a la luz.
La selección para Café del Mar dio cuenta de la figura del DJ como creador de bandas sonoras para la escucha horizontal, no ligada a una pista de baile. Todo ello bajo el genuino estilo que se estaba gestando en Ibiza y del que Jose sería estandarte junto a Alfredo o Pippi entre otros pocos elegidos: el “balearic”. Javier Anadón, propietario del grupo Café Mambo, siempre ha reivindicado a Padilla: “ En Ibiza estaban las mejores discotecas del mundo. Pacha, Amnesia, el KU. Pero también estaba el Café del Mar con la música chill out y con esos mimbres la isla se convirtió en la cesta de la música del mundo. Aquí han habido dos DJs que han lanzado la música genuinamente ibicenca. El balearic.” Se refiere a Padilla y Alfredo, que son quizá los más reivindicados aunque otros como Pippi han tenido una importancia capital. Él mismo que recuerda: “En Café del Mar cada tarde era una maravilla. Solíamos ir a ver la puesta del sol, no siempre en el Café del Mar, y pronto me di cuenta de que eso sería un fenómeno. Aquello fue muy bueno para la isla y para todo el mundo. Surgió un género musical que ha cruzado fronteras. A partir de ahí, también me interesé mucho por la música, downtempo o chill out”. Y el coetáneo y uno de los precursores del fenómeno acid house y prescriptor en la BBC1, Danny Rampling, reconocía que “la música chill out empezó en Ibiza con José Padilla en Café del Mar. Fue el primer DJ de chill out, el primero que pinchó a Tangerine Dream y música ambient, Brian Eno, música clásica... lo que luego acabó siendo el fenómeno chill out y el boom de todos aquellos recopilatorios que se vendían en todo el mundo. De hecho, el boom todavía dura, y fue José el que lo empezó todo. Para mí es el rey del chill out.”
El cofundador de IMS y manager de Richie Hawtin, Ben Turner, profundo conocedor de Ibiza y persona cercana a Padilla hasta la actualidad nos hablaba de su epifanía en Café del Mar con la música de Padilla. “Fui por primera vez a Ibiza con diecisiete años. El primer día me fui derechito al Café del Mar, y al cabo de cinco minutos conocí a José Padilla. Desde ese instante, la isla se abrió. Siempre me ha encantado la música ambient. Solía escuchar por aquel entonces a grupos como Global Communication o los primeros discos de Warp: Aphex Twin y toda esa electrónica más tranquila. Así que poder sentarme en aquel beach bar y escuchar esa música durante la puesta de sol fue increíble. Recuerdo estar en las rocas escuchando aquella música preciosa y contemplando la puesta de sol. Me conmovió. Me llegó hondo al corazón de un modo muy profundo.”Y se quedó enamorado de“las cintas de Café del Mar de DJ Sergio, Phil Mison, José... Recuerdo comprármelas y escucharlas sin parar y tratar de descubrir qué temas eran los que sonaban. Entonces, un día te dabas cuenta de que un tema era de una banda sonora. Todo se basaba en el descubrimiento. Un año después, Café del Mar editó su primer recopilatorio con React Records.”
Padilla me comentaba “a partir de los casetes, surgió el tema de las recopilaciones. La marca Café del Mar es un bar, y yo empecé la otra historia; solo yo. Me fui con un pan debajo del brazo a Inglaterra, puerta por puerta, para hacer una recopilación. Como vendía mogollón de casetes en el bar, pensé en hacerlo legal. Café del Mar no tuvo nada que ver con aquello, fue idea mía.” Y el propio Javier Anadón, propietario del grupo Café Mambo, afirmaba que “Padilla hizo Café del Mar, nadie más. Los dueños son gente normal, pero a él, con su música, venía a verlo medio mundo. Hizo las compilaciones, que es lo que lanzó a otra galaxia el Café del Mar. Los dueños no le quisieron dar el dinero, y fueron a juicio, que lo ganó él. Cada uno tiene que reconocer lo que ha hecho y Padilla era Café del Mar”. De sus litigios con Café del Mar no vamos a hablar aquí. Seguramente el carácter de Padilla, hizo que obviara una parte empresarial que demuestra que Padilla era alguien de corazón caliente y extremadamente fiel a una esencia, al margen de modas aunque con un espíritu también de businessman. “El proceso para hacer los recopilatorios era muy natural. Viene de cuando yo ponía música para la puesta de sol con mis colegas, en mi casa. Luego, quise hacer una recopilación que plasmara un poco la puesta del sol de Ibiza, en el Café del Mar. La idea era que hubiera un journey, una historia, seleccionando los mejores temas posibles. Y a partir de ahí, rebuscar y poder meter cosas inusuales. ¡Coño! No voy a meter lo mismo que todo el mundo, ¿no? “
A partir de ese primer recopilatorio de Café del Mar vino la fiebre de los recopilatorios, del lounge y del chill out, que acabó en un género algo denostado precisamente por su popularización.“El movimiento chill out generó el rollo del hotel boutique. El chill out dio lugar a un estilo de vida, y los hoteles cambiaron y se volvieron más íntimos y acogedores, y luego empezaron a hacer sus recopilatorios. La cara de la industria hotelera y la de la restauración cambió, y todo empezó en Ibiza. Con Jose. Puedes poner música de sunset en Bali, Tailandia o California, sí, pero no es lo mismo. José pinchaba en hoteles glamurosos en Bali, en las Seychelles y sitios así, porque querían tener a un DJ para poner música en sus sunsets, lo cual está genial, pero no es lo mismo que en Ibiza.” afirma Rampling.
Además Padilla introdujo en Ibiza a los primeros promotores ingleses dando lugar a lo que a la postre se ha convertido Ibiza. Piti, el hermano de Ricardo Urgell, nos contaba como llegan los promotores ingleses a la isla de la mano de José Padilla: “nos trajo a los primeros promotores y desde entonces, hasta ahora. Nosotros fuimos los primeros en traerlos, por medio de José , que trajo Renaissance, Ministry of Sound y Gatecrasher, y yo qué sé cuantos más”. Padilla fue el responsable de que en la isla aterrizaran mitos como François Kevorkian o DJ Harvey que recordaba “acabé de residente del Ministry of Sound en Londres, y empezó una copromoción con Pacha, con José Padilla y su fiesta Moon Dance.“ Un DJ Harvey que acabó pinchando en Café del Mar, aunque no muchos podían hacerlo. “Recuerdo que Jose era muy radical sobre quién podía y quién no podía pinchar en el Café del Mar. Harvey podía hacerlo. José también invitó a pinchar a François Kevorkian. Aparte de esos, nadie podía pinchar allí” decía Phil Mison.
Jose realmente solo tuvo un compañero en cabina. Fue Phil Mison entre 1993 y 1995, quién conoce profundamente el trabajo de Padilla: “No creo que haya nadie más que pueda llegarte tan hondo que José poniendo música para los sunsets. Cuando él empezó, no existía nada igual. No había ningún esquema trazado. No era un cliché, como ahora. Tenía una colección de discos alucinante, y eso antes de la era de internet. Los ingleses no habíamos oído hablar de Finis Africae, por ejemplo. Ahora todo el mundo tiene acceso a esta música, pero hace treinta años, no.”Y el longevo residente de Café Mambo y quien fuera mánager de Padilla, Pete Gooding reafirma que:“Había visto puestas de sol antes, pero cuando lo viví aquí con la música de José, fue mágico. Es como ponerle música a las imágenes de una película para acentuar las emociones. Para mí, José inventó el género. Nadie lo había hecho antes que él, y si yo hago lo que hago, es gracias a él.”. Gooding es en la actualidad programador de Hostal La Torre, última residencia de Padilla en la Isla Blanca.
Padilla también se aventuró en el terreno de la producción. Además de las innumerables compilaciones que ha realizado para labels e imprints varios, sacó cuatro álbumes de estudio: Souvenir, Navigator (donde se incluye su tema más popular “Adios Ayer”), Binary Sun junto a Kirsty Keatch y el último y excelente So Many Colours editado en el sello International Feel propiedad de Mark Barrot que se refería al maestro de esta manera:“Quise coger el legado de Jose. El sunset es espiritual, único, increíble... tienes que crear algo fantástico. Lo que hacía Jose en Café del Mar era lo idóneo. Cuando tienes esa vista absolutamente espectacular tienes que poner música tan dramática como lo es el panorama y Jose tenía esa esencia balearic caundo mezclaba a Tangerine Dream , “Pengüin Café”, yoga music y música clásica india....”Y es que su legado lo han recogido numerosos dj's. Uno de ellos es el DJ ibicenco Valentin Huedo, que vivió el augue del chill out de primera mano y se convirtió en el DJ residente de Café del Mar más joven de la historia:”Conocí a Padilla en los estudios de Ibiza Sonica. Ambos teníamos un programa allí. ¡No tuve el valor de decirle que yo estaba pinchando en Café del Mar! Él era, y sigue siendo, un ídolo para mí. Escuchaba sus sesiones de radio en mi casa y las grababa en casetes. Su música me llevó al siguiente nivel. Poco a poco nos fuimos haciendo amigos. Me ha regalado mucha música que pinchaba en su momento en el Café del Mar, música que guardo como oro en paño. De Padilla aprendí cómo se construye una puesta de sol.”
Padilla le puso banda sonora a algo más grande que nosotros mismos: “Yo le ponía música al king Ra y a todos los colores de su alrededor y a todo lo que rodeaba al sol. Y también al ser humano, porque yo me fijaba mucho en las caras de la gente, en sus expresiones. Me reconfortaba mucho mirándolos, me inspiraba mucho ver las emociones de sus caras.”
Hasta siempre Maestro. Y gracias por tanto.
Las referencias y entrevistas de este artículo están extraídas del libro 'Balearic: Historia oral de la cultura de club en Ibiza (1950-2020)' editado por Editorial Contra a partir del 11 de noviembre
Autor :Christian Len es dj y periodista