CRÓNICA: 10 motivos para tener en cuenta al festival Moga Caparica
Agoria, BEHROUZ, Birds of Mind, CC:DISCO!, DAOX - Dj Tennis, Gescu B2B Maher Daniel, Gusta-vo, Matthew Dekay o Mr. ID fueron algunos de los artistas de esta edición.
Una vez finalizadas las restricciones derivadas de la pandemia, la agenda internacional de festivales resucita semana a semana. Uno de los primeros eventos post-covid en celebrarse ha sido el MOGA Festival en la Costa de Caparica, al sur de Lisboa. Se trata de uno de los festivales boutique más genuinos del circuito musical underground, y tuvimos ocasión de sumergirnos a fondo en él entre el 6 y el 10 de octubre. ¿Nuestra conclusión? Que más vale apuntarse este nombre y sus próximas fechas en la agenda, porque en el futuro oiremos hablar muchísimo de MOGA.
¿Por qué vale la pena ir a este festival?
Por su espíritu desértico
MOGA Festival tenía lugar anualmente –hasta la llegada del coronavirus– en la ciudad marroquí de Essaoira, un precioso enclave pesquero amurallado que es un exponente de la apertura religiosa y social del nuevo Marruecos. Desde 2016, su celebración ha involucrado a toda la ciudad (sus artistas, sus asociaciones culturales, su pequeño comercio, su gremio de artesanos…) para crear un colorido carnaval de sonido, sabores y mezcla cultural con sabor a desierto, salitre del Océano Atlántico y tradición nómada.
Por sus varias localizaciones
Debido al virus, el festival ha viajado este año a Portugal y ha llenado de música la Costa de Caparica, el extenso litoral que se extiende al sur de la desembocadura del Tajo. Y es que MOGA está en plena expansión. Dentro de un mes hará su primera edición en Dajla, en pleno Sáhara Occidental, en territorio ocupado por Marruecos. A principios de 2022 también tiene previsto aterrizar en Dakar, la capital de Senegal, para completar 4 citas anuales. El año que viene, la edición portuguesa se hará en junio.
Por su extravagante tribu
Los amantes del espíritu MOGA, autobautizados como #MOGAtribe, viajan desde España, Francia, Marruecos o Reino Unido para celebrar la vida en un exótico desfile de razas, lenguas y modas. En Moga Costa de Caparica bailaron juntos hippies, pijos, modernitos urbanos, bon vivants errantes, surfers, techneros clásicos, ricos herederos camuflados de ferroflauta, cuarentones carrozas, modelazos de gimnasio llenos de tattoos y hasta algún broker recién salido de su clase de yoga. Con un cierto eco del estilo Burning Man, abundaron el face painting y los disfraces de beduino, de faraona y de Mad Max glamour.
Por su sonido
En MOGA no te encontrarás a Marco Carol ni a The Martínez Brothers, pero sí una mezcla de talentosos DJs de rollo House, Deep House, Tribal y Techno Melódico que saben hacer bailar con beats elegantes y amplían nuestro radar de artistas conocidos. En la cita portuguesa destacaron nombres como Behrouz, Birds Of Mind, Cc:Disco!, Daox, DJ Tennis, Gusta-vo, Matthew Dekay o Mr. Id, junto a artistas locales muy interesantes.
Por su visión de futuro
MOGA no se celebra en una sola localización, sino que se multilocaliza en pequeños (y no tan pequeños) beach clubs diseminados a lo largo de la interminable playa de Caparica. Para hacerte una idea, te animamos a busca en Google fotos de los imponentes locales Bohemian o Irmao, construidos sobre la misma arena. Su apuesta por Portugal no es algo pasajero. Su visión es crecer año tras año hasta conseguir involucrar a decenas de garitos de la línea costera y, muy al estilo de The BPM, conformar una amplia constelación de sedes con multitud de fiestas de sellos, showcases, eventos paralelos, etcétera.
Por la irresistible Lisboa
La capital portuguesa está de moda, y se sitúa a tan solo 20 minutos en taxi del centro neurálgico de MOGA en la Costa de Caparica. Lisboa es cada vez una urbe más internacional y su política fiscal flexible está atrayendo a miles de nómadas digitales, freelancers, profesionales creativos y artistas de toda Europa. La ciudad está tan cerca del festival, que puedes almorzar en su Bairro Alto y tomarte el primer café en el festival tras coger un Uber.
Por su oferta de actividades paralelas
La música y el baile son solo una porción de MOGA. Su programa completo incluye gastronomía, clases de yoga, tutoriales de surf, excursiones a pie y en bici, salidas en barco, masterclasses de inspiración, mercados de artesanía y productos locales.. Es un universo inmersivo que saciará los apetitos más hippies y alternativos.
Por su decoración y escenarios
Varios artesanos de la madera, interioristas y creativos marroquíes (¡el vínculo con Essaoiura sigue vivo!) vuelcan su talento para diseñar las cabinas del DJ, los escenarios y los espacios de baile y hostelería del festival. El resultado es la sensación de viajar a otro planeta. Te transporta a otra época, a otra cultura. Hemos bailado con la sensación de estar en el interior de una jaima en el desierto, o en una fiesta tribal en una remota isla.
Por su carácter boutique
Después de la Covid-19, va a costar regresar psicológicamente a los grandes recintos con 20.000 personas respirando y sudando piel con piel. Por contra, la reducida escala de MOGA es idónea para la mentalidad post-pandemia. El día grande del festival no habría más de 1.500 personas juntas, bailando al aire libre sobre la arena: una sensación de grupo de amigos grande. La belleza de lo pequeño.
Por la valentía de su promotor
La historia del inquieto creador de MOGA, el francés Matthieu Corosine, merecería un capítulo aparte. Por resumir: se trata de un amante de los festivales boutique que va organizando eventos con alma y corazón por todo el mundo. Es el mismo soñador que hizo realidad un festival (Les Dunes Electroniques) en la localización de Star Wars en el desierto de Túnez, y otro en el set de Juego de Tronos en Marruecos. En la víspera de MOGA, se pasó media madrugada pegando él mismo carteles del festival por las calles de Lisboa.
Puedes saber más en: instagram.com/mogafestival y caparica.